La Cátedra Unesco de Ciclo de Vida y Cambio Climático de la Universidad Pompeu Fabra (ESCI-UPF) ha llevado a cabo un estudio destinado a calcular el coste ambiental de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la distribución de frutas y hortalizas en el mercado interior español peninsular. Este análisis se centró en comparar dos soluciones de embalaje: cajas de cartón desechables y envases reutilizables de transporte, ERT.
Y sus conclusiones son que los ERT presentaban un coste de huella de carbono casi diez veces menor en comparación con las cajas de cartón de un solo uso a lo largo de su ciclo de vida.
Para llevar a cabo esta evaluación, se aplicó la metodología de Análisis de Ciclo de Vida (ACV), que permite examinar el impacto ambiental en todas las etapas de vida de las cajas, desde la obtención de la materia prima hasta su eliminación. El estudio consideró el ciclo completo de ambos sistemas de distribución, desde la extracción de materias primas para la fabricación de las cajas hasta su proceso productivo, distribución, uso y, finalmente, su reciclaje o disposición en vertedero o incineración al final de su vida útil.
La unidad funcional utilizada en este estudio fue la distribución de 1.000 toneladas de frutas y verduras, con un peso promedio de 15 kilogramos por caja, ya sea en cajas de cartón de un solo uso o en ERT con una vida útil de 10 años y 10 rotaciones por año. Los resultados del estudio indicaron claramente que los ERT tenían una huella de carbono menor en comparación con las cajas de cartón de un solo uso.
Para calcular el coste ambiental, se empleó el modelo Eco-cost desarrollado por la Universidad Tecnológica de Delft, que se utiliza en el contexto de la Unión Europea. Los costes ecológicos representan los gastos necesarios para compensar los efectos negativos que un producto tiene en el medio ambiente. El eco-cost es un indicador basado en el ACV que determina el valor del impacto ambiental en relación con el gasto requerido para evitar ese impacto.
Es importante destacar que los costes ecológicos se recalculan cada cinco años, y los últimos datos disponibles fueron publicados en 2022, aunque se volvieron a calcular en 2023 debido a los aumentos en los precios de la energía y la inflación causados por eventos como la guerra en Ucrania.
En cuanto a la huella de carbono, el eco-coste se estableció en 123 euros por tonelada en 2023, lo que significa que se requeriría una inversión de este importe para evitar la emisión de una tonelada de CO2 equivalente. Este enfoque sostenible y consistente podría reducir las emisiones globales de CO2 equivalente en un 70% en comparación con las emisiones de 2008, lo que contribuiría a estabilizar el calentamiento global.