La formación que se imparte en el ámbito marítimo debe actualizarse, según la Comisión Europea.
En 2030, la mayoría de los buques que cubrirán rutas en el mar Báltico seguirán operando del modo convencional o funcionarán en parte con sistemas autónomos, pero la interacción entre ambas clases será muy elevada. Además, habrá algunas embarcaciones completamente autónomas operando en rutas específicas.
Así lo asegura un estudio de la Comisión Europea que indica que se compartirán datos de forma más transparente, pudiendo desarrollar nuevos servicios automatizados y nuevas soluciones para la carga multimodal.
En menos de 10 años, la digitalización del transporte marítimo, conocida como 'e-navigation', habrá revolucionado la industria gracias a una especie de nube logística a la que podrán acceder todos los actores implicados.
La región del mar Báltico también será más atractiva para los astilleros, ya que los procesos estarán automatizados mediante las tecnologías de la información y las aplicaciones de robótica contribuirán a que los trabajadores resulten más productivos.
No obstante, deben resolverse antes ciertas cuestiones regulatorias con el fin de poner en marcha las correspondientes pruebas piloto, además de comparar el impacto económico de las alternativas actuales con el de los nuevos sistemas inteligentes y digitalizados, valorando las mejores prácticas para su implementación.
Mejores planes de formación
En esta línea, desde Bruselas entienden que la formación que se imparte en el ámbito marítimo debe actualizarse para permitir a los marineros, así como a los empleados de los astilleros y proveedores aprender y trabajar en una industria con mayor confianza en las operaciones automatizadas.
En lo que respecta al medioambiente, el informe indica que hasta ahora no se han implementado adecuadamente las tarifas portuarias. Aunque es un aspecto que está en la agenda, es necesario seguir trabajando, particularmente en el caso de la red eléctrica.
Del mismo modo, en la Comisión Europea consideran que es preciso evaluar los costes de mantenimiento y laborales, ya que los trabajadores requieren una mayor cualificación en lo que respecta a las tecnologías de la información y los procesos autónomos.
Actualmente, existe un banco de pruebas en Noruega para probar este tipo de embarcaciones, aunque hacen falta más para poder comprobar cómo interactúan entre ellas y con los buques convencionales.