En una era de drones aéreos y autos sin conductor, Rolls-Royce Holdings Plc ha decidido llevar esa tecnología al mar, con el diseño de buques de carga no tripulados.
La firma ha avanzado en el desarrollo del proyecto, denominado Blue Ocean, que simula vistas panorámicas de 360 grados desde el puente de un barco, de este modo, los capitanes podrán usar en tierra centros de control similares para comandar centenares de embarcaciones no tripuladas.
Asisimismo, los barcos "drones" serían más seguros, más baratos y menos contaminantes para la industria naviera, señala Rolls-Royce. Se estima que las primeras unidades podrían surcar aguas del mar Báltico en el plazo de 10 años.
No obstante, los actuales obstáculos de regulación y el escepticismo industrial y sindical respecto del coste y la seguridad posiblemente retrasarán la adopción global de estas tecnologías, admite Oskar Levander, vicepresidente de innovación en tecnología e ingeniería marina de la firma.
Los diseños presentan barcos cargados de contenedores de un extremo a otro y carentes del puente donde vive la tripulación. Al reemplazar dichas instalaciones y los demás sistemas de apoyo a la tripulación, como electricidad, aire acondicionado, agua y desagües, los buques podrán transportar más carga, reducir costes y aumentar las ganancias, señala el ejecutivo.
De esta forma los barcos pesarían un 5% menos y consumirían entre un 12% y un 15% menos combustible.
En la misma línea, la Unión Europea financia un estudio de 3,5 millones de euros llamado Navegación Marítima No Tripulada a través de Inteligencia en Redes.
Los investigadores preparan el prototipo para pruebas marinas simuladas a los efectos de evaluar costes y beneficios, lo cual se completará el año próximo, dijo Hans-Christoph Burmeister, en el Centro Fraunhofer de Logística y Servicios Marítimos en Hamburgo.
Otro estímulo para la adopción de estos sistemas son los costes de tripulación, que constituyen alrededor del 44% del total de gastos operativos de un barco de contenedores grande.
No obstante, especialistas plantean dudas en torno a aspectos relacionados con la seguridad. Así, los posibles ahorros no justificarían la inversión que haría falta para que los barcos no tripulados fueran seguros.