Uno de los elementos que más se valora en el desarrollo de proyectos inmologísticos está relacionado con la seguridad jurídica, un elemento imprescindible para bienes con largos período de amortización y que necesitan que los inversores tengan certeza a futuro de que las condiciones en que se firmó un determinado proyecto se mantendrán durante la tramitación en el tiempo, para evitar replanteamientos y la introducción de circunstancias sobrevenidas.
En definitiva, los promotores de inmuebles para naves logísticas necesitan administraciones cercanas, con una interlocución fluida y dialogante, que, sin renunciar a las exigencias de seguridad y respeto medioambiental que tiene el marco jurídico, tengan la flexibilidad suficiente para permitir que los proyectos salgan adelante con el fin de asegurar las inversiones y permitir que los municipios en que se instalen cuenten con potentes focos de creación de empleo y, consecuentemente, de riqueza.
[sumario]Pese a los avances, todavía siguen existiendo grandes diferencias entre las necesidades de las empresas y el tiempo que llevan a veces los trámites administrativos. [/sumario]
Así mismo, en este mismo sentido, el sector no se cansa de pedir, además de una interlocución directa, un cierto nivel de homogeneización en relación con los requisitos necesarios para los proyectos, independientemente de su ubicación, en la creencia de que una normativa uniforme facilitará el cumplimiento de las peticiones administrativas, lo que, a su vez, también redundará en un cumplimiento más eficaz de los requisitos que se soliciten, ante la premura de tiempo en que se mueven los proyectos, especialmente en un mercado tan dinámico como el español, y la necesidad de actuar con diligencia y agilidad.
Acciones positivas y nuevas tendencias
Sin embargo, existe en cada vez más municipios españoles una creciente concienciación para facilitar la implantación de proyectos inmologísticos, al calor de las expectativas que levanta el comercio electrónico.
Precisamente el e-commerce ha contribuido de manera decisiva para que la logística haya dejado de ser un patito feo encerrada en anticuados polígonos industriales, para pasar a ser una actividad con mayor peso en las decisiones de los gobiernos municipales a la hora de tomar una decisión en relación con inversiones en áreas que han pasado de ser zonas alejadas de los cascos urbanos a tener mejores comunicaciones, buenas vías de acceso e incluso instalaciones para el disfrute de los trabajadores y zonas verdes.
Además, muchos municipios trabajan también para ofrecer algunos extras, a la vista de los montantes inversores que se mueven, así como por la creación de empleo que conlleva cualquier plataforma logística.
Por otra parte, la logística es un sector extraordinariamente dinámico que se enfrenta a los retos que plantean los cambios que se están produciendo en los hábitos de consumo a nivel planetario y que implican cambios en la operativa de la cadena de suministro.
Los inversores buscan seguridad jurídica para proyectos que suponen grandes inversiones y la creación de puestos de trabajo.
A su vez, esta tendencia también se refleja en las nuevas necesidades que tienen las empresas en relación con los inmuebles y que tienen que ver, de manera particular, con las nuevas tendencias, como los hubs urbanos o las plataformas multinivel, aunque también con las importantes necesidades de bienestar que tienen las empresas con el fin de retener un talento cada vez más escaso.
En este sentido, los diferentes actores del sector inmologístico piden soluciones de consenso que aúnen la necesidad que tienen las empresas del sector logístico para contar con instalaciones en entornos urbanos, con las necesidades de los habitantes de cada ciudad, con el fin de alcanzar un ámbito en el que todos puedan moverse con comodidad.