Los Astilleros de Sevilla echarán mañana el cierre, después de casi 60 años de funcionamiento, con la finalización del contrato de 58 trabajadores y en cumplimiento del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de carácter extintivo aprobado y autorizado por el Juzgado de lo Mercantil.
La factoría de astilleros de Sevilla lleva abierta desde 1953 y en los momentos de mayor actividad, en los años 80, llegó a tener más de 5.000 trabajadores.
El pasado 24 de noviembre, administradores concursales y trabajadores alcanzaron un acuerdo sobre el ERE, que afectará a unos 58 trabajadores y contempla un compromiso de preferencia de recolocación en el caso de que llegue un nuevo empresario que se haga con la totalidad de los activos, contempla indemnizaciones similares a las de otros ERE, con 60 días por año trabajado para estos trabajadores, que verán extinguidos sus contratos este sábado, 31 de diciembre de 2011.
Dicho acuerdo contempla que a los 26 trabajadores procedentes de la antigua Izar, cuyos contratos ya se extinguieron, se les aplica las garantías SEPI y se les recoloca en Navantia Bahía de Cádiz, mientras que para los 23 trabajadores de la industria auxiliar interna, que también tienen los contratos extinguidos, se ha acordado una salida "en los términos en los que se ha acogido tradicionalmente la industria auxiliar de astilleros, aplicándose unas garantías similares a las de la plantilla".
Sin embargo, Joaquín Martínez, secretario del comité de empresa de Astilleros Sevilla, ha denunciado que "no se está cumpliendo nada del ERE de extinción". Martinez afirmó que "desde octubre nadie ha cobrado nada" y los trabajadores "no tienen fecha de pago".
Martínez ha avanzado que no descartan poner en marcha nuevas movilizaciones después de las fechas navideñas, a la vez que ha acusado a la Junta de haber llevado a Astilleros "a la ruina al incumplir todos los acuerdos".
El representante sindical ha afirmado que aunque no se entregó la licencia de construcción naval, el Gobierno andaluz "no da seguridad de que Astilleros tenga un futuro", y ha puesto como ejemplo el caso de Huelva para afirmar que "el que esté en periodo de liquidación no quiere decir que la empresa no pueda seguir trabajando".