Dada la contracción del consumo interno en nuestro país, muchas empresas españolas han comenzado a plantearse la búsqueda de nuevos mercados a los que exportar sus productos e iniciar con ello un proceso de expansión internacional.
En opinión de Fernando Terán, director del Departamento de Aduanas de ABQ, la exportación, es un proceso relativamente complejo para el que las empresas han de prepararse concienzudamente y para ello, disponen de figuras legales de las que pueden beneficiarse a la hora vender fuera de nuestras fronteras y posicionarse como compañías de referencia en el mercado del comercio exterior.
De todas ellas, la figura del Operador Económico Autorizado o Certificado OEA es una de las más recomendables, ya que es la marca de calidad internacional que acredita que el papel de las empresas en la cadena de suministro es seguro, y que sus controles y procedimientos se ajustan a la normativa aduanera.
La importancia de esta figura explica cómo en el último trimestre el número de empresas españolas acreditadas OEA ha aumentado un 115% respecto al mismo periodo del año anterior.
Panorama europeo
En lo que llevamos de 2014, el número de empresas españolas OEA ha alcanzado casi las 600, creciendo proporcionalmente de forma muy importante. Se rompe así la tendencia hasta ahora experimentada, ya que en el 2012 descendió un 27,8 % y en el 2013 un 13,3%. España se convierte de esta manera en el sexto país con mayor número de empresas acreditadas.
Alemania sigue situándose a la cabeza en la adquisición de certificados OEA, reuniendo un 44% del total de las acreditaciones que hay en Europa. Concretamente, 5.500 empresas alemanas han sido homologadas desde 2008, siendo a día de hoy más de 12.400 la cifra total en todo el continente. Con una amplia diferencia, le siguen los Países Bajos y Francia, con 1.381 y 1.042 compañías certificadas, es decir, un 11,1% y 8,3% respectivamente.
La brecha se agudiza si comparamos los datos con países como Croacia, en el que únicamente 4 empresas han obtenido el reconocimiento OEA. Esta tendencia la siguen otros como Malta, Chipre, Bulgaria o Letonia, países en los que no se alcanzan las 20 empresas certificadas.
No obstante, se ha de tener en cuenta que en estas regiones se apostó por la figura del Operador Económico Autorizado más tarde que Alemania, Países Bajos o Francia y además, con mayores reservas. Su carácter novedoso produjo tanta expectación como incertidumbre en los primeros momentos, sin embargo, si ahora miramos la lista en Europa, podemos observar cómo el número de países no ha hecho más que crecer progresivamente.
En España, se trata de una figura consolidada a lo largo de 2011, que pese a su ralentización en los últimos años, ha recuperado la tendencia en alza y en estos momentos se encuentra en pleno apogeo.
El valor de ser OEA puede apreciarse en el cambio del tipo de empresa que se certifica, ya que al principio eran en su mayoría representantes aduaneros, mientras que en los últimos años ha habido un significativo aumento de otro tipo de empresa como son los importadores y exportadores.
Esto prueba el éxito de la figura, ya que el propósito de su nacimiento y su propia esencia no es otra que extenderse a todos los eslabones de la cadena logística internacional.
¿Qué significa ser Operador Económico Autorizado?
Como hemos explicado, el certificado OEA se ha convertido en una figura reconocida mundialmente, gracias también a la firma de acuerdos de reciprocidad con Japón, Suiza, Andorra, Noruega, Estados Unidos (CT-PAT) u otros como China, que se prevé su firma de forma inmediata.
Como consecuencia, las grandes compañías miran cada vez más no sólo sus propios estándares de calidad, sino también a los de sus proveedores y poco a poco están exigiendo que estos estén certificados como operadores logísticos de confianza, para garantizar así que la cadena de suministro esté asegurada con garantías reconocidas internacionalmente.
Por otro lado, el conocimiento cada vez mayor por parte los Consejos de Administración de las ventajas que aporta certificarse en términos de competitividad, productividad, beneficios económicos e incluso de prestigio, hace que la decisión de hacerse OEA sea una inversión más que justificada.
Entre los beneficios inherentes al propio estatus están: la prioridad en controles aduaneros, un menor número de controles físicos y documentales y la elección del lugar de inspección o notificación previa sobre reconocimiento físico, con lo que se consigue una mayor agilidad a la hora de gestionar las mercancías.
Además, las empresas certificadas se pueden beneficiar de obtener autorizaciones prácticamente inmediatas de infinidad de simplificaciones aduaneras tales como el procedimiento simplificado de domiciliación, el despacho centralizado nacional o el archivo EDI escaneado, entre otros. También y muy importante, la posibilidad de obtener una reducción de hasta el 50% de las garantías prestadas ante la Aduana, en concepto de IVA.
Todo ello hace que esta figura sea altamente recomendable para empresas de todo tipo de sectores que quieran dedicarse al comercio internacional, gracias a las ventajas que ofrece la legislación vigente. Por este motivo, ser OEA, o mejor dicho, no serlo, puede suponer una desventaja competitiva respecto al resto.
Fernando Terán
Director del Departamento de Aduanas de ABQ