El sector del packaging y del embalaje, especialmente el relacionado con el plástico, ha cambiado mucho en los últimos años con la llegada de conceptos como la economía circular o la Inteligencia Artificial, así como con el incremento de precios de las materias primas.
Así, se está poniendo un cerco cada vez mayor a este tipo de material. Sin ir más lejos, desde el uno de enero se aplica en España el nuevo impuesto sobre los envases de plástico no reutilizables, con la intención de fomentar el reciclado de los residuos plásticos y prevenir la generación de desperdicios.
Ello ha provocado, unido a la complejidad del mercado y sus fluctuaciones, en parte producidas por la guerra acontecida entre Rusia y Ucrania y la crisis de abastecimiento, que la industria del envase y embalaje se enfrente, como decimos a numerosas transformaciones.
Unas tendencias cada vez más claras y que ya se están manifestando en este 2023, tal y como destaca un reciente estudio de Berndt + Partner consultant.
La primera de ellas es la que tiene que ver con la sostenibilidad y la economía circular. La legislación, así como el interés de las empresas y consumidores, continúan de forma imparable para lograr una mayor sostenibilidad en la producción y en el envasado de productos.
Economía circular
Y es que la economía circular ya no es sólo una estrategia sino la principal acción a tener en cuenta en cualquier tipo de producción de envases. Eso sí, desde las pequeñas empresas el esfuerzo por integrar este tipo de cambios suele ser todavía mayor, ya que el cambio de infraestructuras o sistemas por otros más sostenibles suele ser costoso.
También se están produciendo unos claros cambios en los hábitos de compra. La digitalización ha repercutido en la industria del packaging aumentando la compraventa electrónica de productos. Debido a ello, en muchos casos se ha ampliado la producción para responder a la inmediatez demandada por los consumidores, y se ha mejorado la logística en la cadena de suministro.
Esta digitalización ha otorgado la capacidad de conocer en todo momento el estado del producto, si bien para establecer una mayor rapidez en el transporte de mercancías es necesaria una organización y automatización de procesos en el interior de los almacenes logísticos.
Por otro lado, debido a la inestabilidad política y económica de los últimos años, los precios de las materias primas y de la energía han aumentado considerablemente y se espera que a lo largo de este año esa situación de aumento se mantenga.
Una situación que ha llevado a las pymes a buscar alternativas que sean más eficientes energéticamente.
Por último, se va hacia una mayor automatización de procesos con la cada vez mayor la implantación de la inteligencia artificial, algo que costará más a empresas de tamaño pequeño porque las soluciones pueden no adaptarse a sus necesidades y a su presupuesto.