Durante 2021, las tasas a largo plazo para el transporte de contenedores de 20 pies utilizados para el transporte de líquidos han crecido a un ritmo más lento que los dedicados al transporte de carga seca, en el mercado entre el Lejano Oriente y el norte de Europa.
Actualmente, se encuentran un 156% por encima del nivel de finales de junio de 2021, con 4.611 dólares, tras el fuerte incremento experimentado en mayo, con el inicio de los nuevos contratos a largo plazo.
Por su parte, las tasas para los contenedores de mercancía seca han repuntado un 208% hasta los 5.083 dólares/TEU, aunque el año pasado el crecimiento fue más estable, según refieren desde Xeneta.
En su punto más alto, la diferencia entre las tarifas de contenedores de carga seca y los contenedores cisterna alcanzó los 2.500 dólares a mediados de abril, y ha sido en mayo cuando el mercado ha comenzado a normalizarse, llegando a situarse por un breve espacio de tiempo las tasas de los contenedores cisterna por encima de las de los de mercancía seca.
Curiosamente, en una situación de mercado normal, las tarifas para los dos tipos de contenedores apenas deberían diferir, como demuestra el hecho de que el 1 de enero de 2020, había menos de 50 dólares de diferencia.
Por contra, en el mercado entre el norte de Europa y el Lejano Oriente, las tarifas de los contenedores cisterna se sitúan 150 dólares por encima de los de carga seca. En este sentido, las tasas a largo plazo han aumentado mucho menos que en las conexiones entre el Lejano Oriente y el norte de Europa, concretamente un 49% más, hasta los 1 150 dólares por contenedor.
El crecimiento de las tasas de los contratos entre el Lejano Oriente y el norte de Europa es muy similar al observado en las líneas entre el norte de Europa y la costa este de EEUU, que se sitúan en 4.100 dólares, un 124% por encima del nivel de hace un año, pero aún por debajo de la media para los contenedores de carga seca, que se sitúan en 5.230 dólares.
En este sentido, el sector se ha visto afectado, igual que el de los contenedores de carga seca, por las disrupciones sufridas a partir de la pandemia, la congestión portuaria y la escasa fiabilidad de las escalas programadas.
