La aseguradora TT Club ha desmentido algunos de los rumores que circulan sobre la reciente tendencia del aumento de capacidad de los buques portacontenedores y ha aconsejado tanto a los puertos como a las terminales que tengan prudencia a la hora de planificar sus ampliaciones con las que pretenden acoger a estas embarcaciones.
En concreto, ha explicado que, actualmente, los mayores incidentes en las infraestructuras portuarias se deben más a la falta de medidas de seguridad, mantenimiento y actualización que al tamaño de los buques y su volumen de carga.
Además, la mayoría de estos nuevos buques, capaces de transportar casi 20.000 TEUs, no podrán escalar en la mayoría de las terminales del mundo, por lo que, su integración en las rutas entre Asia y Europa desplazará a las unidades más pequeñas, que serán utilizadas, a su vez, para el comercio entre rutas y puertos por los que hasta entonces no habían pasado.
Por ello, los operadores de terminales, según la aseguradora, deben aumentar las precauciones con respecto a los detalles relevantes de su propio funcionamiento. Los portacontenedores más grandes y el aumento de la carga sólo aumentará la exposición a riesgos que ya existen y suceden durante las operaciones actuales de carga y descarga.
En este sentido, el tipo de riesgo y las causas más comunes para realizar reclamaciones a las aseguradoras siguen siendo los mismos. Los daños producidos en la interacción entre un buque y la instalación durante el atraque representa el 31%del coste total de las reclamaciones que tanto puertos como terminales han realizado durante los últimos cinco años. De hecho, el activo más valioso de cualquier terminal, la grúa, representa por sí solo el 25% de las reclamaciones.
Estas estadísticas sirven como un recordatorio a los puertos y terminales para que consideren, en lo que a seguridad se refiere, no sólo la longitud y la profundidad de los buques, sino también cuestiones como el atraque y la capacidad de los remolcadores, amarres y bolardos.
En el análisis de puertos y terminales, destaca el impacto y la regularidad de las colisiones de los buques junto a las explosiones, roturas de las grúas o fallos en su estructura, así como el derrumbe de esta maquinaria debido a las tormentas de vientos.
Sin embargo, según la aseguradora, estos riesgos "pueden minimizarse" mediante un programa de mantenimiento, el uso adecuado de las tecnologías de seguridad y la protección adecuada contra las tormentas, independientemente del tamaño del buque que esté atracando.