La persistencia del ébola en el África occidental ha llevado a navieras y operadores de transporte a mejorar sus contratos para protegerse en caso de que se exista riesgo de contagio para la tripulación o prevenir las escalas en las zonas infectadas, según ha informado Reuters.
Actualmente, el brote de ébola ha matado a casi 5.000 personas desde marzo, sobre todo, en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Ante la evolución del virus, las empresas han mostrado su preocupación por las posibles interrupciones en los servicios y a la falta de cobertura legal en los contratos de estos casos.
El ébola aún no ha obligado a cerrar los puertos, pero la incertidumbre acerca de la propagación del virus está generando una serie de preocupaciones legales y financieras para los actores involucrados en el transporte, sobre todo, de aceite, cacao y minerales de la región. De hecho, los exportadores de hierro ya han sufrido problemas logísticos.
Las cláusulas en caso de ébola se están convirtiendo en un fenómeno muy común, según ha informado la agencia, ya que, además de proteger a la tripulación, garantiza los ingresos de los propietarios. Así, algunas compañías ya han añadido restricciones en su contrato con los transportistas, como por ejemplo, el buscar un puerto alternativo en caso de que el ébola no permita realizar la escala en un puerto de la zona afectada.
Las disputas que pueden surgir entre las empresas y los transportistas está en la denominación de 'fuerza mayor' o no de las posibles consecuencias del ébola, ya que alegar una 'fuerza mayor' libera a una empresa de cargas contractuales debido a acciones fuera de su control.
Entre las estipulaciones adoptadas por los armadores en relación al ébola, están los requisitos de que el transportista busque puertos alternativos si está en riesgo la tripulación, tener un equipo de protección a bordo, pagar los gastos médicos que los miembros de la tripulación puedan tener, así como otros gastos imprevistos, incluyendo posibles multas y demoras en la entrega.
Potenciales conflictos
Por su parte, tanto la OMI como la ONU han solicitado que el comercio internacional continúe con normalidad y que se siga realizando el transporte de mercancías desde y hacia las zonas infectadas, a fin de reducir el aislamiento y las dificultades económicas de los países afectados.
Sin embargo, los puertos de todo el mundo han endurecido los procedimientos de entrada para los buques que han zarpado desde África Occidental, llegando incluso a no permitir la entrada de buques que hayan estado en esa zona.
Es el caso del puerto de Malta, que cerró el paso a un barco que viajaba desde Guinea hasta Ucrania y que se había detenido en el puerto por un posible caso de ébola, mientras que algunas navieras ya han excluido de sus rutas los países afectados por la enfermedad.