A finales de febrero, se ha cumplido un año de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. En este tiempo, las exportaciones de graneles sólidos han caídoun 77,8%, provocando un descenso en los volúmenes a nivel global, según Bimco.
Las exportaciones por vía marítima se han visto limitadas a productos agrícolas, e incluso estos se han reducido. Cabe apuntar que los puertos marítimos de Ucrania estuvieron bloqueados desde el comienzo de la guerra hasta finales de julio de 2022, cuando se firmó el acuerdo para la exportación de grano por el Mar Negro.
Desde entonces, se permitió reanudar las exportaciones agrícolas desde tres puertos de la región de Odesa, que representaron el 72,8% de las exportaciones de graneles de Ucrania en 2021. El acuerdo es válido hasta mediados de marzo de 2023 y pronto podría renegociarse.
Casi 20 millones de toneladas de productos agrícolas a granel han salido hasta ahora de Ucrania en virtud del acuerdo, que ha ayudado a reducir los precios de los cereales y mejorar la seguridad alimentaria. Sin embargo, los envíos de grano todavía se han reducido en un 43,3% interanual entre agosto de 2022 y febrero de 2023.
En este sentido, los retrasos en las inspecciones de buques hacia y desde Ucrania han sido un punto de discordia entre Rusia y Ucrania. Para reducirlos, Ucrania está considerando aumentar el tamaño mínimo de los barcos que transportan grano de 15.000 a 25.000 toneladas de capacidad.
El país también está interesado en ampliar el acuerdo para incluir al puerto de Mykolaiv, así como otros productos básicos como el acero, pero aún no se ha llegado a ningún acuerdo.
Antes de la guerra, más de una décima parte de los envíos mundiales de trigo y maíz procedían de Ucrania, pero para compensar, otros productores dieron un paso al frente para llenar este vacío, a menudo sacando partido de sus inventarios.
En cualquier caso, el número limitado de países exportadores de maíz hace que sea especialmente difícil reemplazar los suministros de Ucrania. Sin un repunte en los envíos desde el país, las exportaciones mundiales de maíz podrían tardar más de cuatro años en volver a los niveles anteriores a la guerra, y las de trigo podrían crecer más lentamente que el promedio histórico.