La Federación Española de Empresas de Transporte, Fetransa, ha expresado su preocupación debido a la falta de previsión por parte de los fabricantes y las autoridades en relación con la entrada en vigor de la obligatoriedad de equipar los nuevos camiones matriculados con tacógrafos inteligentes de segunda generación.
A su juicio, esta falta de anticipación ha llevado a una serie de problemas que afectan tanto a los transportistas como a la documentación de los vehículos, empezando por el hecho de que muchos de los nuevos vehículos no cumplen con la normativa, ya que no incorporan el tacógrafo adecuado. Esto ha implicado en algunos casos a la necesidad de que en la documentación de estos vehículos consten dos fechas de matriculación.
Sin embargo, subrayan que el aspecto más perjudicial recae en los propietarios de estos camiones, ya que se espera que en el verano de 2025, aquellos que realicen transporte internacional se vean obligados a cambiar sus tacógrafos nuevamente para cumplir con los requisitos.
Esto implicaría costes adicionales significativos y la preocupación añadida de que se produzca un atasco en la solicitud de sustituciones de tacógrafos, lo que podría resultar, sostienen, en un aumento de los precios debido a la ley de la oferta y la demanda.
Fetransa ha planteado asimismo la cuestión de si esta situación es el resultado de una especulación destinada a elevar los precios de los tacógrafos o simplemente una falta de previsión.
Además, señalan que la justificación basada en la escasez de suministros, especialmente microchips, no es completamente convincente, ya que la falta de repuestos se extiende a otras piezas que no incorporan componentes electrónicos.
Ante esta situación, la federación ha instado a que, en caso de que se requieran cambios o adaptaciones en los tacógrafos de los camiones matriculados entre el 21 de agosto y el 31 de diciembre de este año, los costos de estas modificaciones sean asumidos por los fabricantes.