En relación a la actividad internacional del transporte por carretera, hemos vivido un 2018 con crecimientos mucho más moderados que en años anteriores y además un tanto convulso: muchas curvas, frenazos y acelerones.
Como presidente de la Asociación de Transporte Internacional por Carretera (Astic), considero que existen dos elementos que han eclipsado cualquier otro asunto: la posibilidad de un divorcio a la gresca del Reino Unido y la UE y el naufragio del Paquete de Movilidad de Violeta Bulc.
La que parecía ser una remota posibilidad, un Brexit sin acuerdo, cada día gana enteros para ser una realidad. Este desconcierto sume en la más profunda incertidumbre al sector del transporte internacional por carretera, amenaza gravemente en su actividad económica y la del país: casi 150.000 viajes al año entre España y Reino Unido están al albur de lo que pueda suceder en estas pocas semanas.
No hay día que no amanezcamos con un titular sobre el Brexit, que está teniendo en vilo no sólo a los británicos, sino también al resto de los países europeos que mantienen relaciones comerciales con ellos.
Tal es la preocupación que España ya ha preparado un plan de contingencia en el plano normativo (vía Real Decreto), logístico e informativo. Aplaudimos que la clase política tome medidas preventivas, pero es también su responsabilidad y obligación llegar a un acuerdo de salida para evitar males mayores.
[sumario]Desde Astic queremos expresar nuestra profunda frustración, pues tras décadas de duro trabajo para lograr una visibilidad política, económica y social, Bruselas se aleja cada vez más del devenir de nuestro sector.[/sumario]
A principios de enero, asistimos, por tercera vez, al fiasco del Mobility Package de la comisaria Bulc en la votación de la Comisión de Transportes y Turismo del Parlamento Europeo.
Llevamos esperando mucho tiempo por su entrada en vigor, y no es de recibo que los poderes públicos tengan secuestrada una iniciativa que afecta a todo el sector. Para frustración de muchos, el pasado 10 de enero el P.E. rechazó los informes relativos a las propuestas de revisión de la Directiva sobre tiempos de conducción y periodos de descanso y aquella que aplica las normas de desplazamiento de trabajadores a las operaciones internacionales.
Pero, además, el informe relativo a la propuesta que regula el acceso al mercado aún debe ser aprobada por el Pleno de dicho Parlamento y consensuada en el Consejo de Europa. Desde Astic queremos expresar nuestra profunda frustración, pues tras décadas de duro trabajo para lograr una visibilidad política, económica y social, Bruselas se aleja cada vez más del devenir de nuestro sector.
A todo esto, se han sumado otros temas importantes como son, por un lado, la creciente falta de nuevos conductores que sufre el Sector, unas 10.000 nuevas incorporaciones sólo en España; y, por otro, la presión de la demagogia informativa pro-descarbonización de la economía que nos pone en el foco de varias modificaciones legislativas. No olvido tampoco la vorágine de la era digital.
Pese a estos vaivenes, nuestros conductores siguen cumpliendo en el asfalto todos los días como eslabón fundamental de la cadena logística y de las exportaciones españolas. Contribuimos todos a que el sector siga su tendencia positiva de crecimiento.
Los innumerables obstáculos legislativos, burocráticos y económicos que nos encontramos dejan al descubierto la debilidad de una Europa malherida, en la que la ambición y los intereses entrecruzados entre países y sectores económicos siembra desconfianza e inseguridad jurídica en contra de la prosperidad de todos.
Marcos BasantePresidente de Astic