La decisión de Rusia de retirarse del acuerdo para la exportación de grano a través del Mar Negro respaldado por la ONU, ya está afectando al envío de este producto desde Ucrania y los líderes mundiales han advertido que esto impactará la seguridad alimentaria global, acusando a Rusia de utilizar los alimentos como arma.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, expresó su preocupación, mientras que la Casa Blanca y el Reino Unido condenaron la medida y afirmaron que perjudicará a millones de personas.
Aunque los puertos de Ucrania estuvieron cerrados hasta el acuerdo del año pasado, ahora no se sabe si el grano podrá enviarse desde esos lugares tras la retirada de Rusia. Otra consecuencia será el aumento de las primas de seguro por riesgo de guerra en la región del Mar Negro, lo que puede hacer que los propietarios de barcos tomen más precauciones para ingresar sin el permiso de Rusia.
A pesar de la situación, Ucrania está dispuesta a continuar utilizando el corredor del Mar Negro para el transporte de grano, con menos garantías de seguridad, y el presidente turco está negociando para que Rusia ceda y renueve el acuerdo, si bien desde Kiev ya se ha apuntado a la opción de hacer más profundo el canal de Bystre, en el Danubio, para permitir el tránsito de buques más grandes.
La no renovación, "demoledora" para el Sahel
Por su lado, la ONG Acción contra el Hambre ha denunciado la politización del acuerdo y espera que su renovación se base en las necesidades de los países afectados por la inseguridad alimentaria. Según la organización, este acuerdo ha desempeñado un papel crucial en la estabilización de los precios internacionales de los cereales y ha frenado la especulación en los mercados.
En este sentido, recuerdan que el acuerdo ha permitido exportar más de 33 millones de toneladas de cereales desde julio de 2022. Su no renovación, advierten, podría tener un impacto "demoledor" en regiones como el Sahel, donde la inseguridad alimentaria ya es alarmante.
La organización ha subrayado que más del 85% de las 258 millones de personas en el mundo que sufren de hambre severa viven en países afectados por conflictos e inseguridad.
Aunque el acuerdo ha beneficiado principalmente a China, España y Turquía, los países en desarrollo representan el 57% de las exportaciones de cereales, pero solo un pequeño porcentaje ha llegado a naciones menos desarrolladas con altos niveles de inseguridad alimentaria, como Etiopía, Yemen o Sudán.
Al mismo tiempo, se especula con que esta suspensión puede afectar a la evolución del precio de estos productos alimentarios a largo plazo, aunque, por el momento, no parece haber tenido impacto en este mercado de futuros concreto.
De igual modo, la situación también implicará incrementos en los precios de los fletes en estos servicios, así como en los seguros, dado que la seguridad del tránsito por el Mar Negro no está garantizada.