La Organización Empresarial de Logística y Transporte de España, UNO, ha adelantado que “ya hay sectores económicos muy expuestos en su cadena de suministro, como consecuencia de la guerra desatada entre Rusia y Ucrania”, refiriéndose principalmente a la alimentación, la automoción, la tecnología y la energía.
La economía europea no tiene un elevado número de proveedores rusos y ucranianos en su primer nivel de relaciones, pero sí tienen cierto protagonismo en lo que respecta a las materias primas que favorecen el proceso productivo.
En el caso de la alimentación, se trata de dos países muy relevantes en la producción de cereales como el trigo, el maíz, el centeno o la cebada, que están presentes en numerosos productos comestibles.
De hecho, Rusia es el primer país en exportaciones de trigo, mientras que Ucrania suministra el 35% de todos los cereales que entran en la Unión Europea. Por otro lado, ambos son abastecedores relevantes de metales utilizados para la fabricación de automóviles, dispositivos tecnológicos y electrodomésticos.
Rusia acumula casi un 10% de las reservas mundiales de aluminio, níquel y cobre, y produce un 40% de todo el paladio. Por su parte, Ucrania es un gran proveedor de níquel.
Respecto a la energía, “ya lleva meses padeciendo un crecimiento desorbitado de los precios de los combustibles, especialmente del gas natural, que ha experimentado un crecimiento promedio del 365%”.
La patronal ha pedido al Gobierno que intervenga ante una situación que ya es insostenible para las empresas, especialmente para las que apostaron por acometer una transición ecológica en una situación de emergencia. Por ello, se han solicitado bonificaciones fiscales, ayudas sociales y la promoción de los ecocombustibles.
La dimensión del problema de aprovisionamiento se determinará en función de la duración e intensidad de la guerra. Las circunstancias actuales, unidas a la tensión en la cadena de suministro desde hace dos años, están provocando la transformación hacia una cadena logística más corta y más próxima al cliente final, basada en la eficiencia y las garantías de aprovisionamiento.