La decisión adoptada por la Comisión Europea reconociendo como proyectos prioritarios cinco corredores ferroviarios (Mediterráneo, Central, Atlántico, Cantábrico-Mediterráneo y Atlántico-Mediterráneo), abriendo parte de la financiación para su desarrollo a ayudas comunitarias, beneficiará de manera directa a un total de 22 autoridades portuarias que representan la totalidad de las grandes dársenas peninsulares.
Los 22 grandes puertos incluidos o próximos a alguno de los corredores quedarán interconectados a las Redes TransEuropeas de Transporte, pudiendo optar por fórmulas de transporte más eficientes, rentables y respetuosas con el medio ambiente. El tráfico total de esos puertos superó los 375 millones de toneladas en 2010. El 75% de esas mercancías, algo más de 283 millones de toneladas, correspondieron a puertos ubicados en el Mediterráneo y Atlántico sur, mientras que el restante 25%, cerca de 94 millones de toneladas, se registró en puertos de la fachada del Cantábrico y Atlántico norte.
Según los datos disponibles por Puertos del Estado, del total de las importaciones que realizó España en 2009, el 76,6% se realizó por vía marítima; el 22,81%, por carretera; el 0,35%, por ferrocarril, y el 0,24%, por vía aérea. En el caso de las exportaciones, el 49,14% correspondió al marítimo; el 46,4%, a la carretera; el 3,67%, al aéreo, y el 0,79%, al ferrocarril. Resulta evidente que los puertos desempeñan un papel primordial para la economía española dentro de los ejes de transporte de mercancías.
Sin embargo, del total mercancías manipuladas en los puertos en ese mismo año 2009, 413 millones de toneladas, cerca del 40% entraron o salieron por carretera, mientras que apenas un 2,5% lo hizo por ferrocarril. Estos datos contrastan con los de las dársenas europeas, sobre todo del norte, donde el porcentaje de mercancías portuarias movidas por ferrocarril se sitúa en muchos casos por encima del 10%.
Nuevas posibilidades gracias a los Corredores
El presidente de Puertos del Estado, Fernando González Laxe, ha acogido con optimismo el anuncio, a la par que ha apuntado las nuevas posibilidades que se abren para el desarrollo del sistema portuario español. González Laxe ha dicho que "con esta decisión los puertos se sitúan en el centro de las futuras cadenas intermodales, reforzando su papel de plataformas logísticas". "Siempre he defendido, ha dicho, la necesidad de que todas las instalaciones portuarias dispongan de conexiones ferroviarias porque son el oxígeno de los puertos, y así lo certifica haberlo plasmado en la Ley de Puertos".
“Los puertos se han venido preparando para la llegada de este momento, realizando un enorme esfuerzo inversor, actualmente más contenido, para que las actividades logísticas y el desarrollo de la intermodalidad estuvieran aseguradas”, ha asegurado el presidente del organismo público dependiente de Fomento.
De volumen de tráfico total movido por los puertos del Mediterráneo y Atlántico sur, cerca del 49%, es decir 138 millones de toneladas, que suponen el 72% del total nacional, correspondieron a mercancía general susceptible de ser captada para el tráfico ferroviario. Esta circunstancia se ve reforzada con el movimiento de contenedores, ya que los puertos de esta fachada concentran más del 80% del total nacional, es decir 10 millones de TEUs.
Por su parte, los puertos ubicados en las fachadas del Atlántico norte y Cantábrico, que movieron cerca de 94 millones de toneladas de tráfico total, el 21,7% del total nacional, disponen de una masa crítica de 21,6 millones de toneladas de mercancía general y 0,8 millones de TEUs que podrían beneficiarse de los corredores ferroviarios.
Inversiones en intermodalidad
Según los datos previstos en los planes de empresa de las autoridades portuarias, en el capítulo de logística e intermodalidad, y más concretamente en el apartado correspondiente a los accesos terrestres, en el período 2011-2015 se invertirán 385 millones de euros. Esta cifra se une los cerca de 600 millones de euros invertidos en la década anterior, que ha permitido que la mayor parte de las dársenas del sistema de interés general dispongan o tengan proyectados los trazados tanto de carretera como de ferrocarril que conectarán con las Redes Transeuropeas de Transporte.