La sesión regional europea de la Conferencia Mundial de Puertos de la IAPH ha tenido lugar el 21 de junio en el puerto de Hamburgo, con la asistencia de participantes de todo el mundo en esta ocasión, dado el carácter híbrido, pero fundamentalmente digital del evento.
Durante esta jornada, se ha debatido acerca de la resiliencia de la cadena de suministro y la posición de los puertos europeos respecto a las tendencias que están dando forma a la economía global.
Diferentes eventos en los últimos años han causado disrupciones en la producción de las empresas de todo el mundo. Los puertos y cadenas logísticas han tenido que adaptarse a estas situaciones para garantizar estabilidad a pesar de los inconvenientes.
Nuevas amenazas
La pandemia del Covid-19 y el reciente bloqueo del Canal de Suez por parte de un buque son la prueba de que puede esperarse cualquier cosa en cualquier momento. De hecho, el cambio climático y los conflictos geopolíticos existentes suponen toda una amenaza a las dinámicas establecidas.
Según un análisis realizado por McKinsey & Company, las empresas experimentan disrupciones de entre uno y dos meses de duración de media cada 3,7 años. La resiliencia, entendida como la capacidad de una compañía de enfrentarse a una situación de crisis, es más que una palabra de moda.
Las empresas deben estudiar cuidadosamente no solo dónde producen sus artículos, sino también generar un equilibrio entre la producción 'just-in-time' con métodos Lean y el mínimo stock, y la necesidad de ser resilientes a largo plazo.
Entre las medidas que pueden implementar, está la estructuración al detalle de los niveles inferiores de la cadena y su interconexión digital para mejorar su transparencia, así como su propia capacidad y la de los proveedores, garantizando una producción flexible, aumentando los niveles de stock y mejorando los balances.
Puertos más ágiles e innovadores
Desde el puerto de Hamburgo, han señalado que aunque la globalización supone un desafío para las operativas portuarias y su eficiencia, este tipo de instalaciones cuentan con múltiples fuentes de suministro y tienen una capacidad de adaptación constante a los imprevistos, lo que reduce los costes de las posibles disrupciones y el tiempo que se tarda en recuperarse de ellas.
En su caso, el objetivo es reforzar sus procesos a través de colaboraciones en el ámbito de los datos compartidos y la digitalización. Los puertos, en su opinión, tienen la oportunidad de salir de esta crisis mucho más ágiles e innovadores, beneficiándose de las múltiples ventajas que ofrece el comercio mundial.
Las disrupciones seguirán sucediéndose, pero la idea es que los actores que integran la cadena comiencen a verse como socios y no como clientes y proveedores, asumiendo una responsabilidad compartida.