Cabotaje, salario mínimo, trabajadores desplazados y vuelta a casa siguen alejando un acuerdo en el Paquete de Movilidad.
Los diferentes puntos de vista existentes sobre la regulación futura del transporte por carretera en la Unión Europea han vuelto a condenar los esfuerzos realizados por la presidencia austríaca del Consejo Europeo por encontrar un texto de consenso que tuviera en cuenta las diferentes sensibilidades a la hora de abordar el Paquete de Movilidad.
En su reunión de esta semana, los ministros europeos de Transporte han expuesto puntos de vista divergentes en la mayor parte de los casos, e incluso contrapuestos, en algunos, sobre diferentes aspectos de la regulación de las condiciones sociales y laborales en el sector del transporte por carretera.
En este sentido, las diferencias en la regulación del cabotaje parecen, hoy día, insalvables, hasta el punto de que un muy numeroso grupo de países periféricos se ha mostrado contrario a una propuesta, la de la presidencia austríaca del Consejo, que se ha estimado demasiado cercana a los intereses proteccionistas de los países centrales y que no tiene en cuenta ni la realidad del sector ni, a juicio de muchos, la necesidad de contar con un marco que contemple, de una manera equilibrada, la protección social de los trabajadores y la preservación de la competitividad de un sector estratégico para la economía de la Unión.
Además, hay otros puntos de fricción relacionados con la posibilidad de adelantar la llegada del tacógrafo inteligente para mejorar el registro telemático de los tiempos de conducción, la condición de trabajadores desplazados para los conductores profesionales o el establecimiento de un período de transición que permitiera el descanso en cabina hasta que hubiera podido establecerse una red de áreas de descanso seguras para los profesionales de la rosca.
España, también contra la propuesta austríaca
La posición española, defendida por el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, ya que el ministro de Fomento, en su doble vertiente de ministro y de secretario de Organización del PSOE, estaba ocupándose de las consecuencias de las elecciones andaluzas, en vez de defender los intereses del transporte en Europa, muestra algunos puntos de acuerdo con la propuesta austríaca, aunque también tiene desacuerdos que, a juicio de los representantes españoles, podrían salvarse.
Así pues, la postura de Fomento se centra en mejorar las condiciones sociales y salariales de los conductores profesionales europeos, en buscar una norma clara, aplicable y común a toda Europa, así como en potenciar la lucha contra las empresas buzón y otras fuentes de fraude en el sector, con el fin de lograr un Paquete de Movilidad equilibrado entre unas mejores condiciones sociales, competencia leal en el sector y una mayor competitividad.
En concreto, Pedro Saura ha hecho referencia a que España no puede apoyar las limitaciones al cabotaje propuestas por la presidencia austríaca toda vez que limitarían las posibilidades de cabotaje legítimo que hacen las empresas que cumplen las normas y, al mismo tiempo, obligaría a hacer más kilómetros en vacío a los transportistas. Así mismo, Fomento cree que estas limitaciones dejarían de tener sentido si se establece una igualdad salarial en toda la UE.
La representación española no ha dicho, sin embargo, una palabra sobre la vuelta a casa, el descanso en cabina o las condiciones de acceso al mercado.