Existen razones para creer que la "obsesión" de los operadores marítimos por fletar portacontenedores cada vez más grandes"está a punto de terminar". Al menos, eso opinan los expertos de la consultora Drewry ante la situación que vive el transporte marítimo a nivel mundial, en la que las navieras deben "hacer malabares" para adecuar la flota a la demanda.
Y es que, aunque el deseo de cada naviera de operar mayores buques "es lógico", el impacto para el sector del mayor tamaño de los portacontenedores ha sido "desastroso", según los expertos. Además, el gasto en infraestructuras que debería acometerse si los buques alcanzan los 24.000 TEUs, como se ha señalado desde diversos sectores, sobrepasaría con creces los beneficios de su llegada.
Los principios económicos que han propiciado la llegada de estos leviatanes del mar pierden fuerza. Al menor beneficio de la navegación lenta de estos buques, motivado por el descenso del precio de los combustibles, se suma la sobrecapacidad que los megaportacontenedores aportan a un mercado en el que el exceso de oferta está llevando al límite la rentabilidad de las operaciones, con fletes desconocidos desde hace años.
La opinión de los expertos también se fundamenta en que las navieras se están quedando sin rutas para desplegar los megaportacontenedores en las que, al menos, puedan mantener la rentabilidad de las operaciones.
Y es que, en 2015, se entregaron un total de 209 buques que añadieron un 1,7 millones de TEUs a la flota mundial, mientras que para este 2016 está programada la entrega de 1,3 millones de TEUs.
El 55% de los buques entregados en 2015 pueden transportar más de 10.000 TEUs. Se fletaron otros 38 de entre 9.000 y 10.000 TEUs y 23 más de entre 8.000 y 9.000 TEUs. En sólo un lustro, los buques de más de 10.000 TEUs han pasado de representar el 5% de la flota mundial, en 2011, al 25% que representan en la actualidad.
El aumento del tamaño medio de la flota que los nuevos buques han llevado a algunas rutas se ha visto acompañado por un descenso de la demanda. Así, mientras el tamaño de la flota ha crecido un 16% en el comercio entre Asia y el Norte de Europa, desde primeros de 2015 hasta marzo de 2016, la demanda ha descendido un 3,4% en estos 15 meses. En las rutas que unen Asia, la Costa Este de Estados Unidos y Sudamérica, la demanda ha caído un 14,5%, habiendo crecido el tamaño de la flota un 19%.
Según la consultora, este aumento de la capacidad global y particular de cada buque explica que las salidas nulas sean la solución más socorrida por las navieras para combatir los bajos fletes. Las dificultades que están teniendo las navieras a la hora de desplegar estos nuevos barcos motivaría que "el respiro" que se están tomando a la hora de encargar nuevas construcciones se mantenga durante una temporada.