Ya hay 542 buques que utilizan Gas Natural Licuado como combustible.
La introducción de nuevas normativas medioambientalesestá llevando a la industria del transporte marítimo a buscar nuevas fórmulas para reducir sus emisiones nocivas. Así lo asegura un informe de Clarkson Research sobre los diferentes tipos de propulsión de los buques y el combustible que utilizan.
El 96% de las embarcaciones utiliza algún derivado del petróleo para la alimentación de sus motores, mientras que la mayoría del 4% restante cuenta con una tecnología de propulsión diésel-eléctrica, que puede ayudar a reducir las emisiones y el consumo de combustible.
Estos sistemas se utilizan especialmente en buques offshore, remolcadores y de pasajeros, donde la maniobrabilidad y la reducción del ruido son una prioridad. Sin embargo, para los buques más grandes, en los que es necesaria una mayor potencia, los sistemas mecánicos convencionales siguen siendo más eficientes y rentables.
Actualmente, está aumentando la construcción de embarcaciones que utilizan energía eléctrica, llegando al 22% de los contratos con los astilleros este año. El siguiente paso puede ser la instalación generalizada de baterías. De hecho, en este momento existen 22 buques en servicio y otros 14 en cartera que utilizan baterías, en su mayoría combinadas con motores diésel o de combustible dual.
Aumenta el uso del GNL como combustible
Por otra parte, conviene destacar el crecimiento del Gas Natural Licuado, GNL, como combustible, siendo 542 los buques que lo utilizan en la actualidad. De ellos, 351 son metaneros para el transporte de GNL.
En otros sectores, le está costando más ganar cuota de mercado, pero en los casos en que el diseño del buque y la disponibilidad de suministro lo permiten, está empezando a crecer. De los 130 contratos firmados hasta la fecha en 2017, un total de 21 corresponde a buques capaces de utilizar GNL como combustible.
Los nuevos combustibles y sistemas de propulsión muestran que el sector marítimo está adaptándose a las nuevas normas medioambientales. Esta situación, que se suma a otros avances en el diseño y el desarrollo de las operativas, está conduciendo al transporte marítimo hacia un futuro más eficiente y limpio.