Últimamente, en el mundo que nos toca vivir, está de moda descalificar para hacer triunfar nuestras tesis, no las tesis del que no piensa como tú, si no descalificar a esa persona que no coincide con tus puntos de vista. Si consigues hacer valer esa descalificación, nada bueno puede venir de ahí y, por lo tanto nada tienes que argumentar.
Se da, por desgracia, en la política, y de ahí ha ido calando al resto de los estratos de la sociedad.
Las descalificaciones que ponen en tela de juicio, más allá del mayor o menor saber del descalificado, su comportamiento ético, deberían de estar sustentadas en pruebas sólidas que las corroboren.
En caso contrario, deberían de merecer el rechazo generalizado de la sociedad en general, y un reproche penal acorde al daño que éstas pudieran haber hecho a la persona descalificada, sea ésta una persona individual o una organización.
De un tiempo a esta parte se ha dejado caer el mantra de que las organizaciones que componen el CNTC son organizaciones subvencionadas que nada tenemos que ver con el mundo real del transporte, ya que sobreviven con los ingresos de dichas subvenciones y que por lo tanto deben pleitesía a quiénes las conceden, es decir, el Mitma.
Ignoramos cuales son las fuentes de financiación del resto de las asociaciones que componen el CNTC, pero en lo que a Fetransa se refiere, solamente lo son las cuotas que pagan sus afiliados. Las únicas ayudas que recibe del Mitma lo son para formación, y apenas alcanza para cubrir el 90 % del coste que la misma tiene para la Federación, debiendo sufragarse el 10% restante con las cuotas de los socios de Fetransa.
[sumario]Mal se empieza si quién pretende acceder a la representación del sector lo hace a fuerza de descalificar a los que, en principio, van a ser sus compañeros.[/sumario]
Así mismo, de cada euro invertido, debemos de dar cuentas al Mitma. Cualquier desvío de los fondos concedidos para otros fines que no sean los previstos, puede suponer desde una falta administrativa hasta un delito.
La formación organizada por Fetransa no es impartida por ella misma, si no que es asignada a empresas que nada tienen que ver con la federación y establecidas en los territorios en dónde se va impartir la misma, por lo tanto, cualquier insinuación de fraude se hace extensivo a esos centros de formación.
Lo triste no es tener que resaltar lo que resulta obvio, lo triste es que tanto las bases que regulan esta cuestión, como las cuantías que cada asociación recibe, están en la propia página del Mitma y son del dominio público. No obstante, no parece que esa información resulte relevante para el que genera el bulo.
Mal se empieza en el sector si quién pretende acceder a la representación del mismo lo hace a fuerza de descalificar a los que, en principio, van a ser sus compañeros, y con los que se debería de hablar primero y confrontar puntos de vista y soluciones.
A los problemas difíciles no existen fáciles soluciones ojalá lo solución para los problemas del colectivo fuera tan sencilla como quítate tú para ponerme yo.
Desde Fetransa reclamamos respeto para todas aquellas asociaciones o movimientos que pretenden, seguro que de buena fe, hacerse un hueco en la representatividad del mismo. Pero a su vez reclamamos de las mismas respeto por los que ya estamos. No es necesario utilizar la descalificación gratuita para hacer triunfar tus tesis.