El puerto de Tarragona es uno de los principales ejes para el tráfico de graneles agroalimentarios en España.
La escasez de suelo portuariopara el almacenamiento de graneles alimentarios, la dificultad para encontrar un equilibrio entre los costes de las instalacionesy los cambios que se dan en la oferta y la demanda internacional de este tipo de mercancías a lo largo del año suponen retos de gran calado para la operativa logística y portuaria asociada a estos tráficos.
Las variaciones bruscas en los precios internacionales de las materias primasy la volatilidad de los mercados hacen que "los volúmenes de stock varíen mucho e incluso conlleven a que la materia prima esté largos períodos almacenada en puerto", como explica Jaime Muñoz, presidente de Unistock, Asociación Española de Almacenistas Portuarios de Granos, Cereales y sus Derivados.
Esta situación supone una anomalía en comparación con la tendencia que se da en otros segmentos de actividad logística, en los que el alto precio de los almacenes hace que se tienda a limitar al máximo el stock y que los camiones se hayan convertido en lo que muchos llaman almacenes rodantes.
En este sentido, Muñoz destaca que "sería interesante mantener un equilibrio entre la capacidad de almacenamiento en puerto y la capacidad de almacenamiento de las principales empresas consumidoras de materia prima".
El puerto de Tarragona, uno de los más importantes de España para el tráfico de graneles agroalimentarios, mueve al año casi cinco millones de toneladas de este tipo de mercancía y tiene a disposición de estos tráficos una superficie de almacenamiento a cubierto de 230.000 m².
Sus instalaciones reciben grano de Ucrania, Rumanía, Argentina o Estados Unidos, entre otros países y, a su vez, desde el puerto tarraconense se distribuye a un hinterland muy extenso que cubre Cataluña, Aragón, gran parte de Navarra y varias provincias de Castilla y León, que suponen en total un 40% de la producción española de piensos.
Los puertos españoles mueven al año casi 80 millones de toneladas de graneles alimentarios, lo que supone un 15% del tráfico portuario del país.