La transición de la industria marítima a los nuevos límites de azufre de la OMI que entraron en vigor el 1 de enero de 2020 no ha estado exenta de problemas. Teniendo en cuenta las fluctuaciones en las reservas de petróleo, se espera que los problemas de calidad y seguridad en el combustible sigan siendo un desafío para el sector.
Así lo refleja la última encuesta realizada por Bimco, Intercargo e Intentanko entre los días 24 de febrero y 6 de mayo para conocer cómo ha sido este periodo para las empresas del sector marítimo, obligadas a cumplir con la nueva normativa.
El estudio se ha centrado en ciertos problemas potenciales relacionados con aspectos técnicos como los filtros o bombas de combustible, la obstrucción de las tuberías, el proceso de ignición o la inyección de combustible.
También se han tenido en cuenta los relativos al propio combustible, como la cantidad de sedimento, el punto de fluidez o inflamación, la acidez o la viscosidad. Además, se han estudiado los problemas de la combustión incompleta o el desgaste de los cilindros.
Por último, la encuesta indica que cuando se analizan muestras comerciales de fuelóleo después de la toma de combustible, el contenido de azufre es uno de los parámetros que con más frecuencia no se adecúa a las especificaciones, lo que puede suponer un incumplimiento del anexo VI del MARPOL.