Los beneficios de las refinerías asiáticas que producen combustible bajo en azufre se han situado en su nivel más elevado de los últimos seis meses, debido a que se mantienen los recortes en la producción al mismo tiempo que la demanda en la mayoría de puertos ha recuperado los niveles previos a la pandemia.
La tendencia se mantendrá durante el resto del año, empujando a las refinerías a priorizar la producción de este combustible, así como de nafta, cuya demanda también se ha fortalecido. No obstante, las previsiones apuntan a que la producción tanto del combustible pesado como del bajo en azufre seguirá siendo ajustada en noviembre y diciembre.
A diferencia de la gasolina, el gasóleo o el combustible para los aviones, que han sufrido más el impacto de la pandemia, la demanda de los combustibles residuales para el transporte marítimo y la generación de energía se han mantenido relativamente fuertes. Es por ello que el VLSFO se ha situado en los 9,43 dólares por barril en Dubái, su nivel más elevado desde el 10 de abril.
Los puertos mundiales están experimentando un fuerte repunte en la demanda de bunkering, situándose en niveles previos al Covid-19 salvo en Fuyaira, en los Emiratos Árabes Unidos. La demanda allí se ha reducido debido al descenso del tráfico de petroleros a medida que los productores de Oriente Medio han ido reduciendo las exportaciones.
En cambio, en el mayor hub mundial para el bunkering, situado en Singapur, se ha registrado un incremento del 6% en las ventas de combustible marino entre enero y septiembre.