De un tiempo a esta parte, vienen cociéndose toda una serie de novedades en el ámbito tecnológico que, uno junto a otro, junto a otro más, suman pequeñas piezas que van revolucionando las relaciones sociales y económicas.
Dentro de este ámbito, el transporte no podía permanecer ajeno. A los cambios tecnológicos que han ido introduciéndose desde comienzos de siglo en los motores de combustión y que han conseguido altas cotas de eficiencia y ahorro de combustible, vienen a sumarse la introducción de energías alternativas que buscan minimizar las emisiones contaminantes de los vehículos comerciales e industriales, con vistas a reducirlas prácticamente a cero.
A estas mejoras e innovaciones puramente mecánicas se han venido a sumar otras relacionadas con la gestión y mantenimiento de los vehículos a través de sistemas telemáticos y, más recientemente, la aparición de vehículos con un grado cada vez mayor de autonomía.
Precisamente en este último ámbito, la conducción en caravana, o ‘platooning’, parece destacar como una evolución y el paso previo antes de llegar a vehículos totalmente autónomos que, al decir de gran cantidad de expertos, no implicarán, sin embargo, la desaparición de la figura del conductor, de igual modo que los pilotos automáticos de los aviones no han acabado con las tripulaciones de las aeronaves.
Todos estos cambios señalan el lugar al que se dirige el transporte y que tiene que ver, a largo plazo, con la digitalización y el uso intensivo de la tecnología.
[sumario]“El transporte vivirá un proceso de transformación digital en la próxima década que va a modificar radicalmente tanto la operativa como el propio modelo de negocio”.[/sumario]
De momento, y antes de que los camiones se conviertan en artefactos dirigidos por ordenadores, los vehículos tendrán que evolucionar en el control de los vehículos por voz y la incorporación de nuevos elementos de conectividad que faciliten la labor del conductor, algo en lo que diferentes fabricantes ya están trabajando.
Todas las marcas están ofreciendo ecosistemas de gestión, análisis de datos y mantenimiento telemático que ofrecen la posibilidad de realizar una gestión avanzada de flotas, algo que, a todas luces, no puede sustituir de ninguna manera la labor que realiza un buen departamento de tráfico, pero puede ayudar a aliviar la tensión que vive esta área , mientras que, al mismo tiempo, le permite tomar decisiones con mayor agilidad y con mayor posibilidad de acierto, algo que es de crucial importancia en momentos de crisis.
Lejos de suponer un coste, todos estos ecosistemas ofrecen ventajas a la hora de programar los mantenimientos de los equipos o generar alertas ante cualquier mal funcionamiento, antes de que una avería menor se convierta en un problema mecánico que implique la paralización de un vehículo, y la consiguiente pérdida de rentabilidad del camión.
De igual modo, el transporte también va dando importantes pasos adelante en la gestión electrónica de toda la documentación que acompaña a las mercancías en los viajes y que supondrá una menor carga administrativa.
Así mismo, también se estima que los camiones se convertiran en auténticos generadores de datos para el análisis gracias a la incorporación de nuevos sensores que permitirán medir todos los parámetros en relación con el propio vehículo, su carga e incluso los modelos de conducción, con el fin de buscar la mayor eficiencia, el ahorro de combustible y garantizar que los equipos cuenten con una buena vida útil.
Paso a paso, la conducción autónoma se irá convirtiendo en una opción real para complementar el trabajo de los conductores.
Esta tendencia a incorporar sensores transformará a los vehículos de transporte de mercancías en herramientas que van a aportar una gran cantidad de información de gran valor para la gestión logística, algo que ya están empezando a explotar algunas empresas de transporte.
En este mismo sentido, desde hace tiempo, los propios transportistas vienen observando que los camiones se han ido convirtiendo progresivamente en algo así como almacenes rodantes, hecho que también se ha ido extendiendo a los vehículos ligeros de reparto.
Lejos de desaparecer, esta tendencia parece que va a acrecentarse debido en gran parte al auge del comercio electrónico y a los cambios que se están produciendo en los hábitos de consumo.
Hace unos años, la contratación electrónica no era tenida en consideración por el sector. Sin embargo, y pese a que siguen existiendo reticencias a las que no les falta razón en ciertas ocasiones, las bolsas de cargas se han asentado actores consolidados que, más allá de una visión negativa, han aportado eficiencia a la hora de poner en contacto a los transportistas con nuevos clientes, algo que es especialmente importante para autónomos que no cuentan con el tiempo disponible para hacer labor comercial y que de este modo, y gracias a su buen hacer en un primer servicio, pueden darse a conocer.
En definitiva, la tecnología está llamando con insistencia a la puerta del transporte. Ya ha ido entrando poco a poco, pero los avances que se van conociendo poco a poco anticipan una década en la que el sector va a vivir una fuerte transformación marcada por un imparable proceso de digitalización.