El puerto de Barcelona ha movido 38 millones de toneladas de mercancíasen los siete primeros meses de 2023, impulsado por los tráficos de automóviles y de graneles sólidos, aunque, al mismo tiempo, condicionado por el difícil contexto internacional.
Así pues, los responsables de la dársena barcelonesa estiman que la evolución de los tráficos está marcada por un comercio mundial lastradopor los efectos de tensiones geopolíticas como la guerra en Ucrania, una inflación elevada, el endurecimiento de las políticas monetarias y la incertidumbre de los mercados financieros, con las grandes economías experimentando desaceleraciones del crecimiento.
En este sentido, durante el período el recinto portuario catalán acumula 482.904 vehículos, con un ascenso anual de un 67.4%, mientras que los graneles sólidos totaliza tres millones de toneladas con un incremento de un 15,9% con respecto al mismo período de 2022.
Por otra parte, el tráfico de contenedores en el enclave ha alcanzado entre enero y julio de este año 1,89 millones de TEUs, con un descenso del 10,6% respecto al mismo período de 2022, aunque los contenedores de cabotaje han experimentado un crecimiento de un 21,3%, hasta los 70.817 TEUs), fruto de una mejor situación de la economía española en comparación con el resto de la Unión Europea.
Así mismo, los tráficos de graneles líquidos acumulan 7,7 millones de toneladas, con una caída del 18,7%, principalmente debido al descenso en los tránsitos de hidrocarburos y las importaciones de GNL, mientras que los graneles sólidos han crecido un 15,9%, impulsados por las exportaciones de cemento y sal, así como por las importaciones de cereales y harinas.