A pesar del descenso en la producción de vehículos nuevos debido a la crisis de materiales, especialmente de semiconductores, la congestión sigue representando un grave problema para los puertos clave en la industria de la automoción, muchos de los cuales están operando a plena capacidad o incluso por encima.
Además, independientemente de que se hayan reducido los contagios por Covid-19 en la mayoría de los países, muchos recintos portuarios siguen sufriendo por la falta de personal, ya que aún sigue habiendo muchos trabajadores que contraen la enfermedad.
Estos problemas, que la logística de automoción arrastra desde hace ya muchos meses, sorprendentemente no muestran ningún signo de mejora, tal y como señalan desde la Asociación Europea de Logística de Vehículos, ECG.
Entre los que se han visto afectados tanto por la congestión portuaria como por la falta de efectivos disponibles, se encuentran los de Bremerhaven, en Alemania, Southampton, en Reino Unido, y Livorno, en Italia.
El primero ha sido el que más ha sufrido las consecuencias de la elevada cifra de vehículos esperando por la falta de componentes y los buques que tenían que esperar durante días en el puerto para cargar o descargar.
A ello se ha sumado el elevado nivel de contagios del coronavirus, lo que ha tenido como resultado retrasos de varios días o incluso semanas en ciertos servicios, lo que ha obligado a reconducir algunas conexiones a través de otros puertos o incluso cancelar los servicios, con los consiguientes costes adicionales.
Por su parte, Southampton también se ha visto afectado por la falta de personal y está ya operando cerca del límite de su capacidad, con retrasos de entre uno o dos días en algunas líneas. Mientras tanto, en puertos como El Pireo o Amberes se da por hecha la congestión en las circunstancias actuales, y en Zeebrugge hace falta más personal, pero por el momento la situación está controlada.
Los problemas actuales, dicen desde ECG, se mantendrán durante muchas semanas aún, con pocas soluciones previstas a corto plazo.