El aumento de las tarifas y los ingresos adicionales por la obligatoriedad de paso para el tráfico de paso podrían hacer que la autopista vuelva a generar beneficios.
Tras la aprobación en noviembre de 2017 del desvío de camiones desde la N-120 a la AP-71 entre León y Astorga para reducir el intenso tráfico que soporta la vía, la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y León se encuentra en negociaciones con el Gobierno para definir la medida, según recoge el diario iLeón.
La propuesta supone la aplicación de bonificaciones por el uso de un tramo de 35 kilómetros, que supondrán un 75% del precio del peaje cuando se empleen dispositivos de telepeaje y de un 71,23% para el resto de vehículos pesados.
Dado que cada día unos 700 vehículos tendrán la obligación de utilizar la autopista, la concesionaria, Aulesa, podrá obtener hasta 1,4 millones de euros más al año, dependiendo de la cifra final.
El escaso tráfico que soporta esta vía, con la tercera Intensidad Media Diaria más baja de todas las del Estado, no parece ser un inconveniente, dado que la duración de la concesión se extiende hasta 2055.
El aumento de las tarifas en 2018, sumado a los ingresos adicionales de la obligatoriedad de paso para el tráfico pesado podrían hacer que vuelva a generar beneficios. La bonificación del acceso a la autopista y el copago impuesto a los transportistas ha generado algunas críticas por el hecho de que ellos deban financiar una medida para reducir la siniestralidad de la N-120.