La Comunidad Valenciana se ha convertido en un importante polo logístico por su buena conectividad.
La inversión en suelo logístico vive un momento dulce. Muchos fondos de todo el mundo vuelven su vista hacia la inversión en inmologística en busca de mejores rentabilidades que las existentes en otros segmentos como las oficinas o el residencial.
Hasta hace bien poco, el interés de los inversores por el suelo para desarrollo de inmuebles de actividades logísticas parecía circunscrito a las áreas de influencia de Madrid y Barcelona.
En el último año, sin embargo, la Comunidad Valenciana se ha convertido en uno de los principales objetivos inversores para el sector inmologístico, gracias a sus buenas conexiones, la existencia de uno de los principales recintos portuarios del Mediterráneo, el fuerte núcleo de consumo existente en esta región, así como su proximidad por carretera y ferrocarril con los otros dos grandes núcleos urbanos del país, Madrid y Barcelona.
En este sentido, un reciente estudio elaborado por Triangle Real Estate Management para la Generalitat valenciana y presentado en el SIL este pasado martes, indica que la positiva evolución del mercado inmologístico levantino hace que las rentas tiendan a crecer por falta de activos, sobre todo de grandes dimensiones.
A su vez, las rentabilidades tienden a verse compromidas por esta situación, como ya ocurre en los mercados inmologísticos de Madrid y Barcelona, con una tendencia a estabilizarse a lo largo de 2018 y el próximo año en torno al 6,5 y el 7%.
Así mismo, este análisis ha detectado que existe un desajuste entre la oferta y la demanda, ya que los activos para actividades logísticas son escasos, sobre todo cuando se piden grandes parcelas, lo que marca que se necesite más promoción y desarrollo de suelo inmologístico que se adapte a los requerimientos de los operadores logísticos en grandes manzanas que permitan desarrollos de naves de gran tamaño.