Cada día, en todo el mundo más de 60 millones de camiones son conducidos por trabajadores cualificados que, desafortunadamente, deben enfrentarse a menudo a condiciones de trabajo complicadas, a instalaciones para su aseo e higiene deficientes y a problemas de respeto en los lugares donde realizan la carga y descarga de sus vehículos, todo ello además agravado por la situación de la pandemia.
Todo ello viene a sumarse a unas condiciones de trabajo, ya de por sí duras, que implican pasar largos períodos fuera de casa y con una valoración social no muy alta, en la mayoría de los casos.
Para denunciar esta situación, los líderes de tres importantes organizaciones internacionales han lanzado la 'Carta del Conductor' de cara a conseguir unos estándares globales para los conductores.
Se trata de la Global Shippers Alliance (GSA), la Organización Mundial de Transporte por Carretera (IRU) y la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF). La Carta del conductor establece compromisos para los cargadores, operadores de transporte y conductores para elevar los estándares globales de calidad.
Dicha carta también tiene como objetivo abordar temas como las trabas para la contratación, sobre todo en mujeres y hombres, y la escasez de conductores en el sector. En la actualidad, más de una quinta parte de las vacantes siguen sin cubrirse en muchos países, solo el 2% de los conductores de camiones en todo el mundo son mujeres, y el 5% de los conductores tienen menos de 25 años tanto en Europa como en Rusia.
Estas tres organizaciones demandan espacios seguros de recogida y entrega para conductores, aparte de que se cumplan las leyes y estándares sobre los sitios de carga y descarga. Además, reivindican el transporte por carretera como un eslabón vital en la cadena de suministro y un sector esencial para el funcionamiento de la economía mundial.
La Carta del Conductor defiende que estos profesionales puedan realizar su trabajo en un entorno seguro, respetuoso y no discriminatorio, con condiciones laborales dignas.