Desde este 15 de octubre es obligatorio en Italia el pase sanitario para todos los trabajadores del país.
Con esta norma se quiere garantizar que todos los empleados que accedan a sus centros de trabajo, independientemente de que sean públicos o privados, certifiquen oficialmente que están vacunados contra el Covid-19, han pasado la enfermedad o acreditan pruebas diagnósticas negativas en las últimas 48 horas.
El Gobierno italiano se ampara en la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores para implantar una medida que también tiene implicaciones sobre derechos fundamentales como la salud o la privacidad de los datos médicos, con lo que se coloca en el estrecho filo que separa la protección de unos derechos y la vulneración de otros.
La normativa que entra en vigor el 15 de octubre contempla sanciones para aquellos trabajadores que no presenten el justificante sanitario que pueden llegar a contemplar la suspensión del salario, aunque las autoridades no tendrán consecuencias disciplinarias, ni podrá suponer despido.
Además, el pase también es obligatorio para acceder a establecimientos públicos, tanto de titularidad de la Administración, como privados, por lo que también afecta a los conductores profesionales que tengan previstas paradas para descansar o avituallarse en territorio transalpino, así como para cargar o descargar en el país, labores que implican acceder a plataformas, almacenes o instalaciones de carga y descarga.