La escasez mundial de conductores profesionales se está acelerando, pues alrededor del 11% de los puestos quedaron vacantes en 2022, y dado que hasta un tercio de los conductores se jubilarán en los próximos tres años en muchos países, el número de vacantes podría más que duplicarse para 2026.
La Organización Internacional Para el Transporte por Carretera, IRU, que representa a más de 3,5 millones de operadores, la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte, ITF, que representa a 18,5 millones de trabajadores del transporte, han presentado un plan para ayudar a solucionar la escasez de conductores.
El objetivo es aliviar la escasez de conductores y los desequilibrios del mercado laboral del transporte, garantizar condiciones dignas a los conductores que trabajan fuera de su país de origen, y simplificar las normas para trabajadores y empleadores.
El secretario general de la IRU, Umberto de Pretto, alerta de que la escasez de conductores se está saliendo de control: "Equilibrar la oferta y la demanda de mano de obra a nivel mundial a través de medidas para facilitar la inmigración legal y detener la explotación de los conductores no residentes es una forma de solucionar el problema, apoyar el trabajo digno y mantener los servicios esenciales de transporte por carretera”.
Por su parte, el Secretario General de la ITF, Stephen Cotton, cree que “los gobiernos, las empresas del transporte y los clientes deben unir fuerzas con los sindicatos en la creación de trabajo digno para acabar con la escasez de conductores”.
Acciones a realizar
El plan describe las acciones a realizar por la ONU, los gobiernos nacionales y la industria. Así, Naciones Unidas y las organizaciones internacionales deberían desarrollar un marco mundial con directrices claras para proteger a los conductores no residentes, mejorar las condiciones de trabajo, y armonizar la normativa referente a la cualificación y al reconocimiento transfronterizo.
Los gobiernos nacionales, por su parte, han de modificar los procedimientos de inmigración laboral para proteger a los conductores no residentes, reducir la burocracia para facilitar la inmigración legal de conductores, impulsar el reconocimiento de cualificaciones de terceros países, reforzar las leyes y reglamentos del sector, y subvencionar los programas de formación.
En cuanto a los operadores de transporte por carretera, se plantea el desarrollo de programas de integración para que los conductores no residentes reciban las mismas condiciones que la mano de obra nacional, y más apoyo para los procesos de formación y certificación.
El plan tiene como objetivo equilibrar mejor las fuentes de mano de obra de los países, entre las que tienen un excedente y las que tienen un déficit de talento. Además, no debe anular las iniciativas nacionales existentes ni perjudicar las normas de seguridad o las condiciones de los trabajadores.
Otras soluciones incluyen subvencionar los costes de los permisos de capacitación, construir áreas de estacionamiento más seguras y protegidas, animar a más mujeres y jóvenes a unirse a la profesión, y mejorar el trato que reciben los conductores, así como la imagen de la profesión.