La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA ), ha solicitado colaboración entre la industria, los gobiernos y los reguladores para mejorar la seguridad aérea y adoptar un sistema mundial común basado en el riesgo.
El presidente de IATA ha advertido que "el número global de pasajeros, se acerca a una media de cuatro mil millones por año para 2017, y los sistemas de procedimientos desfasados del sistema de seguridad actual, no serán capaces de hacer frente a este incremento. Tenemos que cambiar de prescripción de talla única para todas las medidas".
Tyler ha señalado que existen tres áreas clave para la mejora de la cooperación de seguridad: la importancia de una rápida colaboración entre la industria y el gobierno, un cambio radical enfocado en el riesgo y la necesidad de un sistema global armonizado y reforzado para mejorar la seguridad.
Seguridad de la carga
El desarrollo de cadenas de transporte más seguras, se ha producido como consecuencia de anteriores intentos fallidos de atentados.
Uno de los principales problemas, es el ajustado calendario para que las aerolíneas puedan cumplir la regulación ACC3 de la Unión Europea, que desde julio de 2014 impedirá la importación a la UE de cualquier carga aérea de un tercer país no validado o reconocido. Aunque la IATA ha desarrollado un programa de entrenamiento para la validación independiente, el número de validadores son limitados y es importante que las compañías aéreas y los transportistas trabajen conjuntamente.
El programa de Seguridad para la Carga de IATA, contribuye a garantizar una cadena de suministro de carga aérea con el uso del embalaje para una entrega segura, habiéndose puesto a prueba en nueve estados hasta el momento. Rusia se unirá a este programa en 2014 y Turquía ha firmado un memorando de entendimiento, para explorar un programa de transporte seguro en el país.
La Asociación además, se ha apoyado en sistemas informáticos para casi todos los aspectos, esforzándose principalmente en ataques cibernéticos.
Cultura de la seguridad
Es necesaria la formación adecuada de los especialistas de seguridad, tanto para la industria como para los reguladores. De este modo, es preciso revisar el coste de la seguridad de la aviación y estar seguros de que este dinero está siendo bien invertido. Desde el atentado del 11 de septiembre en Estados Unidos, las compañías aéreas han invertido alrededor de de 100 millones de dólares.
Por todo ello, es necesario que las responsabilidades respectivas, tanto de los gobiernos como de la industria, en lo relativo al coste de los procedimientos de seguridad, deben ser asumidas por ambas partes.