Los estibadores de los puertos alemanes iniciaron este jueves 14 de julio una huelga de 48 horas, después de que las conversaciones entre la Asociación Central de las Compañías Portuarias Alemanas, ZDS, y el sindicato ver.di, que representa a 12.000 estibadores, finalizaran sin acuerdo el miércoles.
Esta huelga de advertencia es la tercera que llevan a cabo y la más larga hasta la fecha, lo que supone un nuevo agravante para la congestión portuaria en las terminales de contenedores de Hamburgo, donde los patios para el almacenamiento de los mismos se encuentran ya al 90%, según explica The Loadstar.
Además, los buques inactivos se están acumulando por los retrasos para atracar, desde antes incluso de este paro, pues duran ya hasta 14 días. En este sentido, desde ZDS han calificado este paro de irresponsable, insistiendo en que con una duración de dos días, no puede considerarse como una huelga de advertencia.
Al mismo tiempo, han alertado sobre las consecuencias que pueden tener estas acciones para la reputación internacional y la competitividad de los puertos, amenazando incluso la existencia de muchas empresas.
Desde la patronal, explican que han puesto varias propuestas sobre la mesa y critican la falta de compromiso mostrada por el sindicato en la negociación para alcanzar una solución.
Por su parte, desde ver.di siguen reclamando un verdadero incremento de los salarios y mantienen que están dispuestos a seguir negociando, pero consideran la última propuesta insuficiente, dada la incertidumbre económica actual.
Mientras tanto, las navieras están analizando sus opciones y, dependiendo de la disponibilidad de los estibadores, están modificando las rutas para evitar las escalas en Hamburgo, Bremerhaven y Wilhelmshaven.
Así, pueden optar por transportar por tierra parte de la carga desde Gdansk, Zeebrugge o Felixstowe de cara a un relevo posterior, aunque las terminales de Róterdam y Amberes ya están muy congestionadas y probablemente se negarían a permitir la descarga de contenedores de importación alemanes de transbordo.
En el caso de Maersk, sostienen que ellos no tienen previsto cancelar escalas o paralizar sus operaciones en la zona, pero es probable que el aumento de los retrasos en el atraque y la ralentización de la actividad en los muelles gravemente congestionados lleven a muchas navieras a cancelar numerosas escalas desde Asia en agosto y septiembre, provocando graves retrasos en las cadenas de suministro.