La naviera siempre mantuvo el sentido familiar, por encima de los objetivos empresariales.
Hanjin Shipping ha sido declarada en bancarrota por el Tribunal Central del Distrito de Seúl, en Corea del Sur, poniendo el punto final a la mayor quiebra de la historia del transporte marítimo de contenedores, tras finalizar el correspondiente periodo para interponer recursos a su decisión.
El Tribunal se ocupará ahora de liquidar la naviera y llevará a cabo las acciones necesarias para devolver las deudas contraídas con los acreedores, que podrán presentar sus reclamaciones hasta el 1 de mayo, con el fin de comenzar las evaluaciones el 1 de junio.
Fundada en 1977 por la familia Chao, que también controla Korean Air entre otras empresas, Hanjin solicitó la tutela judicial de su situación a finales de agosto, cuando se declaró en quiebra generando una situación caótica para sus clientes, ya que dejó varados buques con mercancía por valor de 14.000 millones de dólares (13.147 millones de euros).
A lo largo de su historia, la naviera, especializada en el ámbito de los contenedores, se involucró también en el negocio de los graneles secos, el Gas Natural Licuado, los petroleros y las terminales.
No obstante, estableció algunas colaboraciones un tanto cuestionables y tuvo que enfrentarse a problemas de evasión de impuestos, aunque siempre mantuvo el sentido familiar, por encima de los objetivos empresariales.
Desde sus inicios, fue extendiendo su influencia en el área transpacífica y las operaciones transatlánticas, y realizó importantes inversiones en terminales extranjeras y líneas, en una expansión que, a la postre, se ha demostrado excesivamente arriesgada.
Su desaparición, por tanto, debería ser un toque de atención para otros operadores, que no han de ignorar la situación actual del mercado y mucho menos las acciones de sus competidores.