La globalización constituye un proceso con luces y sombras. Exactamente igual que cualquier otra actividad humana.
El mismo camino que ha consolidado los flujos comerciales para las economías más avanzadas, también ha ofrecido nuevas oportunidadespara otros países que, como en el caso de China, han sabido aprovechar su tremendo potencial para colocarse entre las naciones más punteras del planeta.
Con la pandemia, la globalización ha vivido un momento de especial dificultad,sobre todo a medida que se ha ido descubriendo la gran dependencia que tiene el planeta del sureste asiático en general y de la producción china en particular.
Desde entonces, se han venido abriendo paso voces críticas que han llamado a poner fin al proceso de deslocalización iniciado en la última década del siglo XX. Ahora parece que la tendencia es hacia devolver la producción a lugares más cercanos a los centros de consumo, precisamente cuando el consumo está consiguiendo una descentralización casi total.
Al ser el consumo cada vez más un fenómeno global cabe preguntarse dónde está el consumo cuando es un fenómeno planetario.
En este mismo sentido, el índice de conectividad global que elabora anualmente DHL no registra un solo paso atrás en la globalización por la pandemia, tan solo una ralentización de una tendencia que, según este trabajo, no solo parece irreversible, sino que ha demostrado una asombrosa resiliencia incluso en las peores circunstancias, como ha podido comprobarse durante la crisis en el suministro de componentes electrónicos, la invasión rusa de Ucrania o el bloqueo del canal de Suez, entre otros.
El análisis resalta que muchas empresas y gobiernos se centran en la externalización cercana para regionalizar las cadenas de suministro, y que esta reorganización económica puede generar importantes beneficios comerciales, entre las que se encuentran una mayor diversificación y más capacidad para gestionar nuevas crisis, aunque con el precio de mayor complejidad, algo que, por su parte, puede gestionarse con el uso cada vez más intensivo de las nuevas tecnologías que se registra en la actividad logística.
Sin embargo, en esta misma línea, más de la mitad de todo el comercio mundialya ocurre dentro de las propias regiones del planeta, algo que demuestra que la globalización es un proceso aún sin concluir.
Por otra parte, Maersk apunta que en Europa, un 65% de las empresas han venido notando que los retrasos el suministro de componentes o productos terminados ha causado ralentizaciones en su cadena de suministro. Así mismo, un 51% de todas ellas espera que las interrupciones en la logística global continúen hasta 2024. Hay algunas grandes multinacionales que incluso pronostican que la cadena de suministro no recuperará la normalidad hasta que pasen cinco años.
Como resultado, las empresas occidentales buscan cada vez más acercar el abastecimiento y la fabricación a los mercados domésticos.
Al trasladar la producción más cerca de casa, y especialmente a múltiples ubicaciones, las empresas pueden limitar sus riesgos, acortar las cadenas de suministro y aumentar la flexibilidad en la gestión de sus parques de proveedores.
La gestión del riesgo se abre paso en la logística.
Globalización frente a regionalización
Al producir bienes en diferentes ubicaciones para servir a los mercados locales, en lugar de confiar en una instalación centralizada también puede reducir los costes de transporte y mejorar el tiempo de comercialización.
Así pues, todo apunta que más que un punto final o un freno a la globalización, lo que se está viviendo es un proceso de diversificación.Casi podría hablarse de una incipiente aceleración de la globalización, aunque con nuevas formas, a tenor de los procesos de relocalización de centros de producción que están llevando a cabo diversas multinacionales occidentales en otros países del sureste asíatico fuera de China, o en otras zonas de la ribera mediterránea y el continente africano.
En esta misma línea puede leerse también la cada vez más clara tendencia de la Administración china a buscar enclaves logísticos y productivos en diferentes partes del planeta para conformar una redque garantice el abastecimiento a la gran potencia asiática.
Lo cierto es que, ante la perspectiva de que las alteraciones en las cadenas de suministro globales van acontinuar al menos hasta 2024, no es de extrañar que las grandes empresas globales hayan adoptado una serie de medidas para gestionar los riesgos con iniciativas entre las que se encuentran la diversificación de proveedores y de centros de producción para garantizarse tanto el abastecimiento de materias primas y productos intermedios, como para poder suministrar productos terminados a los mercados finales.
En este mismo sentido, los registros del índice de conectividad global de DHL apuntan que las predicciones de un transformación de la globalización en un proceso de regionalización del comercio no se han cumplido, al menos todavía.
El trabajo constata que la distancia promedio recorrida por los flujos de comercio, capital, información y personas ha aumentado en las últimas dos décadas, e incluso que los flujos comerciales se extendieron a distancias más largas durante la pandemia.
Es muy posible que la pandemia, más que parar la globalización, algo que ha pasado en los momentos más duros de la crisis sanitaria, lo que sí que podría haber hecho es abrir el espectro para que se sumen nuevos focos productivos, tal y como ya está pasando en el sureste asiático y tal y como se prevé que pase en otras zonas del planeta para las que existen grandes expectativas, como África e Iberoamérica, así como los países ribereños del golfo pérsico.
La tecnología ayuda a gestionar cadenas de suministro más complejas
Cadenas más diversificadas y resilientes
En definitiva, más que un profundo cambio de ciclo parece que la economía global vive un proceso de transformación, incluso tampoco sería de extrañar que el proceso de globalización viviera en próximas décadas un resurgimiento a medida que la economía de mercado va llegando y asentándose en el continente africano y en Iberoamérica, algo que, por otra parte, sería totalmente deseable.
Así mismo en todo este complejo proceso conviene tenerse en cuenta el factor político que supone cada vez más tenso enfrentamiento que viven China y los Estados Unidos.
Tras esta enconada rivalidad se encuentran no solo dos maneras casi contrapuestas de entender la política, la economía y las relaciones sociales, sino todo un complejo entramado de relaciones financieras y tecnológicasque parecen conducir a una división del globo cada vez más clara en dos bloques.
La diversificación busca hacer frente a posibles disrupciones en las cadenas de suministro.
China está más cerca que nunca de hacerse con el estatus de principal potencia planetaria, mientras que los Estados Unidos pugnan por conservar la hegemonia tecnológica y cultural que está en la base de su preponderante papel en la política y la economía del planeta desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial.
En paralelo, países y grandes empresas pugnan por hacerse con un papel en una gestión logística más compleja y dinámica.
Todo ello dibuja un nuevo panorama para las cadenas de suministro más globales no exento de fuertes incertidumbres, por lo que la gestión del riesgo y la capacidad de reacción y de adaptación se convierten en rasgos especialmente apreciados.