El puerto de Santa Cruz de Tenerife ya tiene operativo el servicio de suministro de electricidad a buques, que se traduce en la eliminación de la contaminación acústica y las emisiones directas de CO2 a la atmósfera.
Esta iniciativa implica, por tanto, la disminución del uso de combustible fósil en los buques de línea regular y la reducción las vibraciones, mejorando así la calidad de vida de las poblaciones anexas.
La naviera Fred Olsen ha sido la primera en probarlo, con la conexión a la red eléctrica del amarre tinerfeño de sus dos unidades operativas en la instalación.
En este puerto se han invertido concretamente 935.000 euros para habilitar estas prestaciones operativas en el pantalán de Anaga y en el Muelle de Ribera.
La oferta se suma a la existente en el Dique del Este, donde las plataformas allí atracadas disponen del servicio para mantener activos sus equipos de emergencia, sistemas de refrigeración e iluminación sin necesidad de tener encendidos los motores auxiliares.
Asimismo, Puertos de Tenerife ya trabaja en otros seis puntos de conexión a la red en dicho puerto, distribuidos entre las terminales de contenedores de la Dársena del Este, tres para cruceros entre Muelle Sur y Muelle de Ribera, en Anaga, y uno más en la Dársena de Los Llanos.
El puerto de San Sebastián de La Gomera el primero del país en prestar este servicio de suministro de electricidad a buques en atraque, en diciembre de 2020, seguido por el puerto de Santa Cruz de La Palma.
El suministro de electricidad a buques consiste en un sistema de conexión eléctrico tierra-barco que se desarrolla con un punto de conexión en baja tensión.
Cuando un barco se encuentra atracado en puerto, a la espera de su siguiente trayecto, no se desconecta por completo, sino que parte de sus motores y sistemas permanecen activos a bajo rendimiento, siendo estas unidades auxiliares las que se conectan a la red.
En este caso la conexión se realizará exclusivamente durante las paradas nocturnas, ya que, atendiendo a la configuración de la ruta, con paradas muy cortas entre viajes, no es posible llevar a cabo el procedimiento para realizar el suministro eléctrico entre salida y salida.
Se prevé que este proceso genere una importante reducción en el uso de marine gasoil, en concreto 100 toneladas al año, lo que se traduce en 350 toneladas de CO2 anuales, así como de otras sustancias.