KLM ha probado con éxito el biocombustible desarrollado por la iniciativa ITAKA
En la búsqueda de las materias primas idóneas para crear un nuevo combustible más sostenible, la Iniciativa de Producción y Consumo de Bioqueroseno para Aviación (ITAKA) aspira al uso de cultivos sostenibles de camelina para desarrollar un nuevo biocombustible, en una iniciativa que cuenta con el apoyo de la Unión Europea.
ITAKA es una iniciativa puesta en marcha por la sociedad española Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica (Senasa) tras el acuerdo entre el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el de Fomento y el de Industria, Turismo y Comercio junto con el Observatorio de Sostenibilidad en Aviación (OSA).
Junto a las empresas nacionales Senasa, Camelina Company España y Compañía Logística de Hidrocarburos, participan en el proyecto 11 socios de nueve países que son liderados por España.
¿Por qué la camelina?
Actualmente, existen tres tipos de tecnologías aprobadas de transformación para generar biocarburantes. El primero es el proceso Fischer-Tropsch, que usa carbón, biogás o biomasa, un segundo sistema es el HEFA, en el que se utilizan aceites y grasas,mientras que una tercera manera sería la transformación de azúcar de caña.
La iniciativa ITAKA apuesta por el proceso HEFA porque tiene la ventaja de que puede elaborarse usando distintos productos, desde el aceite usado de cocina hasta la camelina, que constituye su apuesta principal.
Utilizada generalmente para producir aceite vegetal con el que luego se elaboran jabones y otros compuestos químicos o para alimentación animal, la Camelina Sativa es una planta cuya principal virtud es que crece en suelos pobres y con poca lluvia.
Además, se puede sembrar en terrenos en barbecho porquees beneficiosa para la rotación de cultivos, con lo que también impulsaría la agricultura al obtenerse un rendimiento en un terreno que normalmente no le produciría nada.
El posible mal uso de la tierra y la interferencia en la producción de alimentos han sido en los últimos años las principales críticas contra la producción de biocombustibles, pero ambas quedan anuladas gracias al uso de la camelina como base para desarrollar este nuevo tipo de bioqueroseno para aviación.
Producción en España
Por ello, en 2014 fueron sembradas con esta planta en torno a 2.500 hectáreas en España, pudiéndose obtener en cada una de ellas entre 500 y 1.500 kilos dependiendo de la cosecha. De esta cantidad, cerca de un 35% se destina a la producción de aceite para el biocombustible.
Si bien se trata de una producción todavía pequeña, existe interés por parte de las compañías aéreas, ya que el biocarburante desarrollado por la iniciativa ha sido probado ya con éxito en más de 20 vuelos y, con un presupuesto de 19 millones de euros, está considerado como el proyecto bandera de la UE en esta materia.
En lo que respecta a las emisiones, Itaka aspira a reducirlas hasta un 60% con respecto al combustible fósil.