La Comisión Europea ha llegado finalmente a un acuerdo con Alemania para que levante su veto a la prohibición de los motores de combustión en el año 2035.
La medida había sido aprobada en el pleno del Parlamento Europeodel 14 de febrero, pero en las negociaciones a nivel de embajadores, Alemania mostró ciertas reticencias.
Por ello, desde Bruselas han aceptado finalmente eximir a los vehículos que pueden funcionar con combustibles sintéticos de la prohibición de vender coches nuevos con motor de combustión interna en el mercado común a partir de 2035, tal y como exigía la Administración germana.
La normativa será votada de nuevo mañana martes por los ministros de los países de la Unión Europea. El hecho de que la votación se efectúe sin debate previo, indica que saldrá adelante sin más sorpresas.
La posibilidad siempre estuvo abierta, pues el pacto original ya incluía, a petición de Alemania e Italia, el compromiso de que la Comisión Europea presentase en 2026 una actualización de la normativa en relación con estos combustibles.
No obstante, desde Alemania buscaban una mayor protección para ellos. El ministro alemán de Transportes, Volker Wissing, ha asegurado de hecho que de esta forma, los vehículos con motor de combustión interna podrán seguir matriculándose después de 2035 si utilizan exclusivamente combustibles neutros en emisiones de CO2.
Para asegurar el estricto cumplimiento, se exigirá que incorporen unos sensores que les impidan arrancar si emplean gasolina o diésel obtenidos de fuentes fósiles.
Desde Transport & Environment, denuncian que la Comisión Europea "ha cedido a las presiones de Alemania", y recuerdan que "Europa necesita avanzar y dar claridad a su industria automovilística, que está en plena carrera con Estados Unidos y China".
A este respecto, Carlos Rico, responsable de energía y coches de la oficina española, aclara que los combustibles sintéticos suponen"un desvío caro y enormemente ineficiente de la transformación al vehículo eléctrico a la que se enfrentan los fabricantes de automóviles europeos".
Así, creen que por el bien de la credibilidad climática de Europa, "el acuerdo sobre coches de cero emisiones para 2035 tiene que entrar en la ley sin más demora".