En el objetivo final 'cero emisiones' que la industria se ha marcado para cualquier modo de transporte marítimo, el biocombustible puede posicionarse como una opción clara que permita alcanzar dicha meta.
Aunque es cierto que este ambicioso fin está marcado para el largo plazo, en algunos segmentos, como el del transporte marítimo de corta distancia, el objetivo es más apremiante debido a que el mismo nace para reducir las emisiones a su vez de la carretera.
En este contexto, los biocombustibles se establecen como una solución viable económicamente y factible en el corto plazo, ya que este puede ser mezclado con el diesel, no requiere inversiones por parte de los operadores en readaptaciones o nuevos motores y tampoco trae consigo costes adicionales en el mantenimiento de los mismos.
Por ello, ya han comenzado a realizarse las primeras pruebas en los países nórdicos, donde el SSS requiere soluciones casi inmediatas debido a la normativa ECAS, y que se llevarán a cabo durante el presente año y el 2016 por parte de varias empresas dedicadas a transformar los bosques en combustible marítimo. Es el caso, por ejemplo, de la compañía Good Fuels, que intentará demostrar a lo largo de los próximos meses la viabilidad de su proyecto.
Beneficios del biocombustible
En primer lugar, al no contener azufre, el biocombustible se perfila como una opción más viable, en lo que a normativa ECAS se refiere, que el diesel con bajo contenido en azufre y el Gas Natural Licuado. Además, aunque es cierto que las emisiones de NOx solo se reducen un 10% en comparación con el diesel, se está trabajando en aditivos que permitan reducir este registro.
Por otro lado, las emisiones de CO2 se reducen en un 80% en comparación con el diesel marino, aunque cabe señalan que no se alcanzan las cero emisiones en este aspecto por aquellas emitidas en la producción y en el transporte, que podrían reducirse aún más con las nuevas tecnologías de estas industrias.
Del mismo modo, la producción de biocombustible es 100% sostenible, ya que el CO2 emitido en el proceso de combustión de astillas y cortezas de árboles, materias primas del carburante, queda compensado por el CO2 absorbido por el crecimiento del árbol.
En cuanto al coste del biocombustible en la actualidad, si bien es cierto que el mismo es el doble de caro que el diesel normal, cabe destacar que un servicio con 100% bio-diesel solo supondría para los operadores del SSS en los países bálticos un coste adicional de en torno al 10%, coste que se vería reducido sustancialmente en el horizonte de 2020, cuando este producto esté plenamente implantado en el mercado y la mayor producción permita disminuir su precio.