Cerca de 450 científicos de 22 países se dieron cita la pasada semana en el Congreso Mundial Bianual sobre Análisis del Ciclo de Vida (ACV), en el sector agroalimentario, en Saint-Malo, Francia, para analizar cómo la aplicación de medidas de ecodiseño y comunicación ambiental en el sector puede contribuir a favorecer la sostenibilidad ambiental, económica y social.
El Análisis del Ciclo de Vida es la metodología objetiva y consensuada internacionalmente para evaluar ambientalmente un producto o un servicio. Esta evaluación se realiza en toda la cadena de valor del producto, desde las materias primas a la gestión del residuo, y teniendo en cuenta un conjunto de indicadores ambientales, entre otros, la huella de carbono y la huella hídrica, el volumen total del agua que se utiliza para producir determinados bienes.
Sociedad consumista
La explosión del consumo en las últimas décadas, vinculada al crecimiento de la población y a un estilo de vida más frenético e individualista, que lleva al consumo de unidades individuales, junto a la tendencia al usar y tirar, se ha traducido en un aumento significativo en la cantidad de residuos generados por envases y embalajes. De todos los residuos municipales producidos en la Unión Europea el 35% correspondieron a envases. Asímismo, las estadísticas parecen confirmar que más de un 30% de los alimentos se tiran sin haberlos consumido.
Estos hechos negativos están provocando que se ponga especial énfasis en la aplicación de metodologías ambientales en productos de alimentación y, particularmente, en sus envases, tanto por la presión legislativa de las administraciones como por la fuerza del mercado de la distribución.
La importancia del Análisis del Ciclo de Vida a la hora de valorar el impacto ambiental de los envases y contenedores de alimentos se refleja en que es un tema cada vez más estudiado.
De hecho, la Iniciativa de Ciclo de Vida de Naciones Unidas ha puesto en marcha un proyecto de investigación, que pretende demostrar que los resultados de los Análisis del Ciclo de Vida son útiles para que quienes hayan de decidir sobre qué tipo de envases promover y en qué circunstancias, en gobiernos o empresas, lo puedan hacer con mayor conocimiento sobre sus efectos ambientales, económicos y sociales.