La logística urbana evoluciona a gran velocidad. En un entorno de gran movilidad y con restricciones cada vez más severas, los operadores se esfuerzan por adaptar su operativa a los vertiginosos cambios que se están produciendo en los hábitos de consumo, mientras que, al mismo tiempo, también intentan afinar la operativa, ganar competitividad y rascar algo de rentabilidad en un segmento en el que la competencia es feroz.
Uno de los aspectos clave de la transformación que está viviendo la distribución urbana está relacionada con el progresivo acercamiento de los stocks a los centros de consumo, una tendencia que implica la necesidad de espacios de almacenamiento y gestión dentro de las ciudades.
Con esta tendencia se busca reducir pasos logísticos, aminorar costes y mejorar la eficiencia.
Sin embargo, este proceso dista mucho de ser algo sencillo y uniforme. En la transición hacia un nuevo modelo surgen serias dudas relacionadas con la escasez de espacio, su precio o las características que habrían de reunir este tipo de instalaciones.
En paralelo, la concepción integral de la movilidad urbana lleva a tener en cuenta el impacto que pueden tener instalaciones que agrupen un intenso movimiento de vehículos sobre el tráfico urbano y sobre la calidad de vida de los vecinos.
[sumario]La distribución de mercancías es un sector particularmente complejo. Podría decirse que cada ciudad implica el desarrollo de un modelo específico para cada caso, por sus efectos sobre movilidad, vecinos y trama urbana”.[/sumario]
Todos estos aspectos han sido objeto de debate en la tercera mesa redonda de LoginREAL’22, el evento que organiza Cadena de Suministro y que reúne a todos los actores del sector inmologístico español, que ha estado focalizada en las soluciones inmologísticas para la logística urbana y la última milla.
En ella, con la moderación de Jesús Lacasia, asesor inmobiliario del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, han participado Julián Villena, de Merlin Properties; Manuel Molins, de CTT Express; Daniel Latorre, de CityLogin; Ramón García, del Centro Español de Logística; y Alejandro Monge, de Invesco.
La distribución urbana de mercancías es un segmento particularmente complejo y que, además, vive en los últimos años un acelerado proceso de electrificación de las flotas, mientras que, a la vez, las normas legales municipales son cada vez más exigentes en el acceso a los núcleos centrales de las principales ciudades europeas.
De igual manera, el comercio eletrónico está transformandoradicalmente la logística en los entornos urbanos, introduciendo nuevas preocupaciones relacionadas con el aumento de la congestión, la optimización de servicios muy numerosos y con pequeños volúmenes de carga, la rapidez de las entregas y el acercamiento de los inventarios a los centros de consumo para racionalizar servicios y buscar la rentabilidad en un segmento con una fuerte competencia.
Todo ello ha sido objeto de debate en una mesa en la que también se han expresado las dudas y dificultades que implica el desarrollo de redes de microhubs para atender a los crecientes volúmenes de envíos.
[sumario]La distribución de mercancías es un sector particularmente complejo. Podría decirse que cada ciudad implica el desarrollo de un modelo específico para cada caso, por sus efectos sobre movilidad, vecinos y trama urbana”.[/sumario]
La logística urbana busca un modelo para adaptarse a los cambios en los hábitos de consumo.
Hacia un nuevo modelo de ciudad
En este contexto, los expertos coinciden en que se necesita un nuevo modelo de ciudad que de cabida a la actividad logística como parte esencial de la vida urbana. Para conseguirlo se necesita un mayor grado de colaboración, con el fin de buscar alternativas que permitan optimizar el suministro sin que implique unas inversiones imposibles de rentabilizar.
El debate ha girado en torno a dos grandes preguntas planteadas por el moderador, Jesús Lacasia, como son dónde se colocan los activos para la distribución urbana y qué tipo de naves se plantean.
Así, Julián Villena, de Merlin Properties, apunta que la falta de desarrollo de microhubs urbanos tiene mucho que ver con los costes, al tiempo que señala que «no se ha producido punto de inflexión para el desarrollo de infraestructura inmobiliaria para la distribución urbana de mercancías».
Por su parte, Manuel Molins, de CTT Express,ha hecho especial hincapié en los requisitos medioambientales que son cada vez más comunes en las ciudades y que condicionan dramáticamente la logística urbana, ya que, según ha explicado, «el tamaño de los vehículos que usan en estos servicios condiciona los costes».
De igual manera, Daniel Latorre, de CityLogin, asegura que existen soluciones diferentes para abordar los cambios que se están produciendo en la distribución urbana y defiende las ventajas que pueden aportar las redes de microhubs, por lo que llama a analizar su impacto en la sostenibilidad, «no sólo desde un punto de vista medioambiental, sino también desde el económico».
Al tiempo, Ramón García, del Centro Español de Logística, ha aportado datos sobre el proyecto en el que participa en la ciudad de Madrid y aboga por «buscar un modelo de colaboración que genere confianza y que sea neutral», incluyendo participación pública y privada.
Por otro lado, Alejandro Monge, de Invesco,ha señalado que «las naves se colocan en ubicaciones donde sea económicamente viable, allá donde se responda adecuadamente a la demanda» y ha afirmado que «se están creando necesidades que tienen difícil cobertura», en relación con algunos servicios de e-commerce.
Así pues, parece que la distribución urbana de mercancías es un ámbito en el que se suceden pruebas y experimentos, pero en el que aún no existe un nuevo modelo consolidado, que permita decidir hacia dónde se moverán las tendencias.
La logística, actividad urbana esencial
En definitiva, parece que la actividad logística en las ciudades necesita de una mayor incardinaciónen la trama urbana. Para conseguirlo es imprescindible que el abastecimiento de mercancía en el entorno urbano tenga visibilidad y consideración, ya que constituye un elemento clave para la población.
Al mismo tiempo, los expertos apuntan a que mientras se siga soslayando la importancia de la logística urbana para las ciudades se seguirá considerando un problema, en vez de un medio para buscar soluciones.
Para conseguir una adaptación a este nuevo modelo es necesaria un mayor grado de colaboración con el que buscar alternativas que contemplen rentabilidad, operatividad y ubicaciones adecuadas para el servicio.
Solo por medio de la colaboración puede desarrollarse un modelo de distribución urbana adecuado para cada ciudad, que involucre a actores públicos y privados al mismo tiempo. Sin embargo, para lograr un grado de colaboración satisfactoio y fructífero es necessario vencer multitud de reticencias, incluyendo las propias de la libre competencia entre empresas.
Pese a todo, la logística urbana se mueve para hacer frente a un nuevo escenario,en el que cobra más importancia la integración de la actividad de reparto y distribución en la trama urbana, algo que requiere de una mayor racionalización en el uso de la infraestructura pública, así como una apuesta decidida por una actividad más sostenible tanto desde un punto de vista medioambiental, como desde el plano económico.