Transport & Environment ha publicado un estudio en el que avisan de que con la actual ley de Combustible Marino de la UE (FuelEU Maritime), el transporte marítimo de la Unión Europea seguirá siendo dependiente de los combustibles fósiles más allá de 2050.
Este informe modela el impacto potencial de dicha ley, mostrando cómo las compañías navieras podrían comportarse en los próximos 30 años en respuesta a la legislación y a los futuros precios de los combustibles.
De este modo, bajo la regulación actual, la industria experimentaría una lenta transición lejos de los contaminantes combustibles fósiles como el gas natural licuado, que los barcos podrían seguir utilizando hasta la década de 2050, hacia e-combustibles más sostenibles.
La revisión de la organización sobre una de las principales leyes del transporte marítimo sostenible de la UE incide en que la industria naviera de la UE quedará rezagada en cada década hasta y después de 2050, lo que significa que el sector probablemente superará el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados.
Así, para el año 2040, aproximadamente tres cuartas partes del consumo energético del transporte marítimo europeo seguirán siendo proporcionadas por combustibles fósiles. Según la ley actual, solo el 6% del transporte marítimo funcionará con combustibles ecológicos (e-fuel) para 2035, y esta cifra aumentará al 24% para 2040.
Para revertirlo y garantizar una descarbonización efectiva del sector, señalan que la proporción de combustibles ecológicos deberá ser al menos del 18% en 2035 y del 85% en 2040, junto con medidas sólidas de eficiencia energética.
En la primavera de 2023, la Unión Europea finalizó un acuerdo político sobre FuelEU Maritime para abordar el problema de las emisiones en la industria naviera, siendo la primera regulación global que exige que la industria haga la transición hacia combustibles de bajo carbono en los próximos 30 años.
Sin embargo, desde Transport & Environment lamentan que la ambición y el alcance de la regulación aún dejan mucho margen de mejora, y se necesita hacer más para poner a la navegación en una trayectoria compatible con los objetivos del Acuerdo de París.