El transporte internacional se reivindica como un factor clave para el normal funcionamiento de la economía.
Su trabajo durante lo más duro de la pandemia y la labor que ha desarrollado en los dos últimos y largos años, en los que diferentes sucesos han ido alterando el normal funcionamiento del sistema de transporte y de las cadenas de suministro, han permitido que los intercambios comerciales se mantuvieran con cierta normalidad incluso en los peores momentos.
Todo este bagaje de tiempos duros ha imbuido la última asamblea general de Astic, celebrada en Santander y en la que la organización también ha reivindicado su papelen la firma de los acuerdos entre el Gobierno y el Comité Nacional del Transporte que han servido para aportar soluciones a algunos de los principales problemas del sector.
En esta misma línea, su presidente, Marcos Basante, también ha celebrado con palpable emoción la década que lleva al frente de una de las organizaciones empresariales del transporte con mayor tradición y ha defendido con vehemencia el trabajo que ha desarrolado la institución en un contexto de especial dureza.
Sin embargo, pese al trabajo realizado, diversos retossalen al camino del transporte internacional, como la digitalización, la escasez de conductores profesionales, el pago por uso en las vías de alta capacidad españolas, los cambios en las masas y dimensiones y, especialmente, el acercamiento un tanto ilusorio y poco realista que hacen los políticos a la transformación energética del transporte, que tiende a obviar las necesidades operativas que tiene el sector.
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"Vorágine de problemas"
Entre esta "vorágine de problemas", en palabras de Basante, el presidente de Astic ha puesto en valor los acuerdos con el Gobierno, con los que, a su juicio, los transportistas se han dado cuenta de que tienen que negociar cara a cara con sus clientes.
De igual modo, Basante también ha rebajado las expectativas existentes para aplicar los principios de la Ley de la Cadena Alimentaria al transporte, tanto por posibles impactos no desados de una norma similar en el mercado, así como por la imposibilidad de que esté lista para el próximo 30 de junio.
Además, el presidente de Astic se ha mostrado preocupado por la escasez de conductores. Al tiempo, Basante espera que el Gobierno consensúe con el sector cualquier iniciativa para imponer el pago por uso, mientras que, por otro lado, abre la puerta a un cambio en la normativa de pesos y dimensiones, como parte del proceso natural de las negociaciones con los cargadores, en las que también reconoce mejoras.
Así mismo, Basante también ha reclamado apoyo de las Administraciones para impulsar la digitalización del transporte.
En esta misma línea, el director general de Transporte Terrestre, Jaime Moreno, ha pedido a los empresarios de transporte internacional "trabajar juntos" para "involucrar a toda la cadena de transporte en su conjunto" en un escenario en el, a juicio de Moreno, "la demanda de cargas va a seguir creciendo", por lo que llama a avanzar a través de un diálogo franco para buscar una solución a aspectos sectoriales que aún quedan por solucionar.
Por otra parte, Astic ha presentado en su asamblea su recién creada ‘Escuela de Negocios 4.0’, una plataforma on-line de formación para el transporte, tanto de mercancías, como viajeros, logística y movilidad sostenible y segura.
De igual manera, en el campo de sostenibilidad, la asociación del transporte internacional mantiene su apuesta por impulsar la Plataforma para la Promoción de los Ecocombustibles y los trabajos que desarrolla el Grupo de Trabajo de Discusión sobre la Descarbonización del Transporte de Mercancías por Carretera, así como por hacer una labor de difusión en España del ‘Green Compact’, promovido por la Iru y que contiene una hoja de ruta con medidas para que el transporte terrestre mundial consiga la neutralidad de emisiones en 2050.