En el marco del Día Internacional de la Mujer, Astic ha pedido a las administraciones públicas españolas y europeas mayor implicación e inversión dirigidas a promocionar y favorecer que las mujeres se incorporen a la profesión de transportista.
Se trata de un sector en el que actualmente existe un gran desequilibro de género, en el que las mujeres apenas alcanzan el 3% de los conductores en el transporte pesado de mercancías por carretera. Un dato que cobra aún mayor importancia si tenemos en cuenta que urge incorporar aproximadamente 15.000 nuevos profesionales al sector.
Y, si bien es cierto que los números van mejorando, aún lo hacen de manera muy lenta. En 2022 se expidieron un total de 20.476 carnets de conducir camiones, de los cuales el 11 % se otorgaron a mujeres.
En el último lustro, comprendido entre 2018 y 2022, destaca 2020 como el año en el que mayor proporción de mujeres obtuvo el carnet para conducir vehículos pesados de más de 3.500 kilos, un 28% de las más de 42.000 personas que lo aprobaron.
[sumario]2020 ha sido el año en el que mayor proporción de mujeres obtuvo el carnet para conducir vehículos pesados.[/sumario]
Este déficit de mujeres llama todavía más la atención si tenemos en cuenta que España tiene una de las tasas de desempleo femenino más altas de Europa (14%) y el mencionado panorama actual de grave escasez de conductores profesionales.
Sin embargo, esta brecha de género en el transporte de mercancías por carretera también se aprecia en el resto del mundo, donde en países como Estados Unidos o Italia apenas alcanza el 8% y el 7% respectivamente.
¿Por qué no hay mujeres transportistas?
Entre las causas que señala Astic para este desequilibrio, figuran factores como la falta de áreas de descanso seguras y dignas para camiones, la dificultad para conciliar vida laboral-familiar y el complejo y costoso acceso a la formación para ser transportista.
Este último problema es más estructural y, según destacan, la formación de un transportista suele prolongarse durante un año y puede costar entre 4.000 y 6.000 euros.
Además de éstas, otra razón que desmotiva a muchas mujeres es la dificultad para conciliar vida laboral y familiar, sobre todo en transporte internacional.
Sin embargo, apuntan a motivos que si pueden hacer esta profesión atractiva para la mujer, como la posibilidad de obtener contratos fijos y formación especializada en empresas sólidas. Asimismo, por normativa europea de obligado cumplimiento, el trabajo está estrictamente regulado en cuanto a tiempos de conducción y descanso.
En definitiva, concluyen, todas las partes implicadas en el transporte por carretera deben arrimar el hombro para aprovechar el enorme potencial que tiene de crecimiento y de generación de empleo.