En Burgos, se encuentran dos de los puntos de mayor siniestralidad para camiones, uno de ellos en la A-1 y otro en la N-1.
Los accidentes de vehículos pesados representan el 21,6% del total de los accidentes graves que se producen en la red de carreteras de España, según el último estudio EuroRAP realizado por el RACC, que establece que el el 50% tienen lugar en sólo 4.194 km de la red vial estatal, lo que representa el 16,9%.
Esta concentración, con tres de los tramos con mayor siniestralidad para los camiones localizados en Castilla-León y otros dos en Castilla-La Mancha y en la Comunidad Valenciana, debería facilitar su prevención.
En concreto, el punto con una mayor concentración de accidentes de vehículos pesados está situado en la A-1, en Burgos, y transcurre por el Condado de Treviño. Le sigue un tramo de la A-3 en Madrid, desde el cruce con la M-303 hasta la variante de Arganda.
El tercero se sitúa en Huesca, entre el enlace de la AP-2 con Fraga y el límite provincial con Lérida, donde todos los accidentes registrados en 2018 han sido de camiones. Lo mismo sucede en la N-1 de Burgos, entre la zona urbana de Monasterio y la de Prádanos de Bureba, y en la N-301 de Toledo, entre Quintanar de la Orden y el límite con Cuenca.
La N-340, entre las más peligrosas
En sexto lugar, se encuentra la N-340, donde en múltiples ocasiones se ha reclamado una mayor seguridad, concretamente desde el enlace con la AP-7 hasta el que une la TV-3025 con la localidad de La Ametlla de Mar y la A-7.
Otro de sus tramos, en la zona de Castellón, ocupa el séptimo puesto. Se trata del comprendido entre el cruce hacia Peñíscola y la zona urbana de Vinaroz. A continuación, se encuentra la A-7 de Valencia, entre el enlace de Puzol con el de la A-3.
La conexión de la VA-30 de Valladolid con la A-11 hasta el punto en que se conecta con la A-62 figura también en esta lista negra, con un 75% de los accidentes protagonizados por camiones. Por último, la N-344 de Albacete registra también un importante índice de peligrosidad entre el final de la variante de Caudete y el cruce con la N-340.
A la luz de los datos recogidos en su último informe, desde el RACC estiman que el objetivo de reducir un 50% las muertes en carretera entre 2010 y 2020 sigue lejos de cumplirse, puesto que hasta 2017, la disminución ha sido de un 26%.