El sector marítimo se prepara para nuevas disrupciones de la cadena de suministro en 2022

Las vulnerabilidades estructurales que afectan al mercado continúan y para los cargadores internacionales, hay elementos disruptivos clave para los que deben estar preparados.

13/12/2021 a las 20:21 h

Para muchos directivos del ámbito de los cargadores e importadores, 2021 ha sido un año para olvidar, dada las presiones a las que se ha visto sometido el sector por las disrupciones de la cadena de suministro a nivel global, la congestión portuaria, los retrasos en la carga, la reducción de capacidad, los incumplimientos de contrato y la extrema subida de las tasas de carga.

Desafortunadamente, las vulnerabilidades estructurales que afectan al mercado continúan y para los cargadores internacionales, hay cuatro elementos disruptivos clave para los que deben estar preparados en 2022, según la consultora Drewry.

En primer lugar, se prevé una nueva disputa entre las empresas y el Sindicato Internacional de Estibadores y Almacenes, que representa a los trabajadores de este sector de los puertos de la costa oeste de Estados Unidos. El conflicto se extenderá hasta el segundo trimestre y posiblemente más.

Esto alargará durante semanas o meses los problemas de congestión en los puertos de la costa oeste de Estados Unidos, generando un efecto dominó en los horarios de las navieras y la capacidad de los puertos asiáticos para gestionar los buques afectados por la situación. Para muchos importadores, es el momento de buscar rutas alternativas, tratando de evitar los puertos de la costa oeste de Estados Unidos.

El segundo elemento a tener en cuenta es el debilitamiento de partes adicionales del sistema mundial de transporte de contenedores. Por ejemplo, la política anti-Covid de China es muy proclive a los cierres, sin previo aviso, de puertos secundarios, y cancelaciones de operaciones 'feeder'.

Además, no pueden descartarse los posibles confinamientos en otros países por nuevas variantes u olas. Igualmente, desde la consultora, temen más procesos de deslocalización y la pérdida de coordinación entre navieras y operadores ferroviarios, en especial en Estados Unidos.

A ello hay que añadir la falta de marineros y las restricciones a los desplazamientos, que podrían empeorar si aumentan los casos, limitando todavía más el número de movimientos que las navieras pueden realizar para satisfacer la demanda.

El papel de los transitarios y la falta de capacidad

La tercera disrupción clave vendrá dada por la relación entre las navieras y transitarios, pues algunas están empezando a cortar relaciones con ellos y otras están dificultando su actividad.

El papel y estrategia de estos intermediarios no ha cambiado desde el inicio de la pandemia, ofreciendo muchos tasas premium variables a cambio de encontrar soluciones y equipos. En este sentido, los medianos y pequeños pueden verse excluidos de los tenders anuales de los grandes cargadores.

Por último, es preciso tener en cuenta que habrá dificultades en la relación con los compromisos mínimos cerrados en cuanto al volumen. Muchos cargadores, sobre todo los más importantes, tendrán que aceptar la nueva realidad del mercado, pues no pueden esperar cargar 10 contenedores una semana, 50 la siguiente y esperar conseguir el 100% de la capacidad necesaria en ambos casos.

Las restricciones de capacidad ya han sido una constante en 2021, pero en 2022 hay que añadir que prácticamente la totalidad o una parte elevada del pago se deberá realizarincluso aunque el cargador no haya utilizado toda.

Drewry cree que los grandes cargadores no están convenientemente organizados para ello, por lo que se esperan disputas en 2022 acerca de cómo lidiar con el exceso o la falta de volúmenes respecto a los compromisos mínimos, y las cláusulas y penalizaciones asociadas.

Desde la consultora, están trabajando con los cargadores, en particular con los importadores de EEUU, para elaborar planes que les permitan acercarse al objetivo de enviar volúmenes uniformes o al menos poder realizar una comunicación temprana de los volúmenes semanales.

En este contexto, para los clientes, 2022 será un año para optimizar las operaciones internas, priorizar la relación con los proveedores logísticos correctos y reforzar las relaciones con las navieras, así como elaborar planes de continuidad de negocio anticipándose a la próxima crisis.

También deberían revisar su cadena de suministro y sus redes de transporte para reducir su exposición a la inflación de los costes del transporte marítimo, que se mantendrán al alza a medio plazo.

 

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