Asepa ha presentado un informe sobre la movilidad sostenible, que recoge datos de las asociaciones del sector y expertos en la materia.
La creciente preocupación por el medio ambiente está afectando de manera directa al transporte, teniendo en cuenta su elevada cuota modal en la movilidad interior de personas y mercancías en los ámbitos urbano e interurbano.
En este contexto, han emergido diferentes avances que constituyen auténticas disrupciones para el sector de la automoción, como las nuevas tecnologías de propulsión, los vehículos autónomos, los vehículos conectados o las nuevas modalidades de acceso al uso del automóvil.
Todo ello ha tenido notables efectos sobre la fabricación, mantenimiento y uso de los vehículos, generándose incluso nuevos modelos de negocio y diferentes cambios en la movilidad, según recoge el informe 'Transición hacia una movilidad sostenible', que acaba de presentar la Asociación Española de Profesionales de Automoción, Asepa.
En él, han participado también el Colegio Oficial y la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid, así como el Instituto Universitario de Investigación del Automóvil de la Universidad Politécnica de Madrid, que han utilizado datos de las asociaciones del sector y expertos en los ámbitos de la generación, distribución e infraestructuras de recarga de energía eléctrica y de la automoción.
Entre sus principales conclusiones, cabe señalar que aunque los vehículos eléctricos constituyen una solución viable a corto y medio plazo si se cuenta con el sistema de generación adecuado, el hidrógeno será una solución imprescindible en el futuro.
Hoja de ruta
La hoja de ruta para el incremento del uso del vehículo eléctrico aún genera algunas dudas, principalmente derivadas de los niveles actuales de coste y autonomía, así como de la carencias en infraestructuras de recarga.
En este sentido, es fundamental tomar las decisiones adecuadas para no perjudicar a la industria de la automoción en la transición hacia la electromovilidad.
La naturaleza del problema y el periodo de transición requerido exigen un Pacto de Estado y la realización de análisis rigurosos con enfoques globales. En el presente, es urgente e imprescindible la renovación del parque, para lo que deben tenerse en cuenta tanto los vehículos convencionales de última generación como los híbridos y eléctricos.