Los esperanzadores resultados que parece ir arrojando el ensayo clínico de la vacuna de Pfizer contra la covid-19 han supuesto un revulsivo para los mercados financieros internacionales y para una población que aguarda un remedio contra una enfermedad que amenaza con paralizar por completo a todo un planeta.
España podría firmar, según ha informado públicamente el propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, contratos con la multinacional estadounidense en las próximas semanas con el fin de poder contar con veinte millones de dosis de este compuesto inmunizante destinadas a unos diez millones de españoles.
A escala global, la farmacéutica planea distribuir 100 millones de dosis este mismo año y 1.300 millones de dosis el año próximo.
Sin embargo, esta vacuna tiene unas características muy especiales para su conservación que suponen un tremendo reto logístico añadido a la inmediatez y la dispersión que requerirán los múltiples puntos de abastecimiento.
Toda la cadena a -80º
En concreto, el compuesto probado con éxito por Pfizer requiere estár elaborado con material genético que debe conservarse en estado de congelación para evitar que pierda su funcionalidad, de tal manera que la vacuna deberá mantenerse en toda la cadena una temperatura de -80ºC sin grandes alteraciones hasta su punto de administración, en el que, según diversos analistas, podría conservarse en nevera durante cinco días.
Así pues, una vez desarrollado el compuesto, el reto pasa al sector logístico que deberá ser capaz de mantener la cadena de frío en servicios multimodales de gran complejidad que además deberán atender múltiples y diversos puntos de destino, con un alto nivel de exigencia.
Un estudio reciente indica que solo un 15% de los operadores logísticos del sector farma están en disposición de almacenar a la temperatura que requiere el preparado médico y de ellos solo algo menos de la mitad tienen instalaciones adecuadas en todas sus ubicaciones.
Algunos operadores logísticos norteamericanos están desarrollando infraestructuras de almacenamientocapaces de albergar las vacunas y, de igual modo, se están ensayando envases adecuados que permitan conservar el frío extremo que requiere el medicamento, hasta su almacenamiento en las farmacias, algo que se prevé podría hacerse en neveras portátiles desarrolladas específicamente para la vacuna.
Muchos operadores estan preparándose para poder distribuir la vacuna de manera segura, como Deutsche Post, cuyo consejero delegado, Frank Apple, afirma que “la distribución no fallará debido a la logística”.
En cualquier caso, la alta especialización de la logística farmacéutica supone una garantía de cara a una campaña vital desde diversos puntos de vista, aunque el principal reto parece, a decir de los expertos, en la última milla, un transporte muy específico y que también debe conservar las especificaciones para este servicio a toda costa.