El puerto de Almería ha instalado nuevos sensores y cámaras para la monitorización de la contaminación del aire, contaminación acústica, operación, meteorología y tráfico circundante, con el fin de crear un conjunto de algoritmos para optimizar las operaciones portuarias, a partir de la predicción del impacto ambiental, en base a tecnologías de inteligencia artificial.
Los resultados de esta iniciativa se conocerán, previsiblemente, a final de año, en el marco del proyecto de investigación Acopia, y en un contexto de claro crecimiento en el tráfico de graneles sólidos del enclave andaluz.
En este sentido, según los datos de la Autoridad Portuaria, durante los seis primeros meses del año, el movimiento de graneles sólidos se ha incrementado en un 5% hasta los dos millones de toneladas.
Al mismo tiempo, la media de emisiones de partículas PM10 en el mismo período está más de la mitad por debajo del límite legal, sin que se haya superado ningún día el máximo diario, algo que los responsables de la dársena almeriense achacan al trabajo de los operadores logísticos, las medidas tomadas por la Autoridad Portuaria de Almería, así como a la instalación de pantallas atrapapolvo y otros mecanismos de supervisión.
Por otro lado, el Servicio de Policía Portuaria también realiza una hoja de controlde todas las operaciones de carga y descarga de graneles, en las que quedan recogidos los datos relacionados con la mercancía que se manipula, las condiciones atmosféricas de la operación y los medios mecánicos utilizados, entre otros extremos.